Versículos bíblicos sobre Confrontación
Versículos de la Biblia sobre Confrontación
La confrontación, aunque a menudo incómoda, es un aspecto vital del crecimiento espiritual y las relaciones saludables, como se ilumina a través de la Escritura. Explorar versículos bíblicos sobre la confrontación revela el corazón de Dios por la reconciliación, la verdad y la corrección amorosa. Entender los principios bíblicos sobre este tema nos equipa para abordar el conflicto con sabiduría, humildad y un deseo de restaurar lo roto. Nos llama a examinar nuestros propios corazones, hablar la verdad en amor y priorizar la unidad dentro del cuerpo de Cristo. Al estudiar estos versículos, ganamos insight sobre cómo confrontar a los demás y a nosotros mismos de una manera que honre a Dios y fomente una transformación genuina.
Versículos más útiles
Comienza tu estudio con estos pasajes cuidadosamente seleccionados
Y Edom le respondió: No pasarás por mi país, de otra manera saldré contra ti armado.
Mas Jehová se había enojado contra mí por causa de vosotros, por lo cual no me oyó: y díjome Jehová: Bástate, no me hables más de este negocio.
Entonces Moisés respondió á Dios: ¿Quién soy yo, para que vaya á Faraón, y saque de Egipto á los hijos de Israel?
Scripture Passages
Entonces él tomó su parábola, y dijo: Balac, levántate y oye; escucha mis palabras, hijo de Zippor:
Y aconteció al medio día, que Elías se burlaba de ellos, diciendo: Gritad en alta voz, que dios es: quizá está conversando, ó tiene algún empeño, ó va de camino; acaso duerme, y despertará.
Y metiendo David su mano en el saco, tomó de allí una piedra, y tirósela con la honda, é hirió al Filisteo en la frente: y la piedra quedó hincada en la frente, y cayó en tierra sobre su rostro.
Mas corrió David y púsose sobre el Filisteo, y tomando la espada de él, sacándola de su vaina, matólo, y cortóle con ella la cabeza. Y como los Filisteos vieron su gigante muerto, huyeron.
Viento más vehemente que estos vendrá á mí: y ahora yo hablaré juicios con ellos.
Habiendo ellos salido de la ciudad, de la que aun no se habían alejado, dijo José á su mayordomo: Levántate, y sigue á esos hombres; y cuando los alcanzares, diles: ¿Por qué habéis vuelto mal por bien?
ENTONCES Elías Thisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo á Achâb: Vive Jehová Dios de Israel, delante del cual estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra.
Y acaeció que al cabo de unos tres meses fué dado aviso á Judá, diciendo: Thamar tu nuera ha fornicado, y aun cierto está preñada de las fornicaciones. Y Judá dijo: Sacadla, y sea quemada.
Entonces Eliacim hijo de Hilcías mayordomo, y Sebna escriba, y Joah hijo de Asaph canciller, vinieron á Ezechîas rotos sus vestidos, y contáronle las palabras de Rabsaces.
Y aconteció que la misma noche le dijo Jehová: Toma un toro del hato de tu padre, y otro toro de siete años, y derriba el altar de Baal que tu padre tiene, y corta también el bosque que está junto á él:
Y fueron dichas á Rebeca las palabras de Esaú su hijo mayor: y ella envió y llamó á Jacob su hijo menor, y díjole: He aquí, Esaú tu hermano se consuela acerca de ti con la idea de matarte.
Yo enviaré mi terror delante de ti, y consternaré á todo pueblo donde tú entrares, y te daré la cerviz de todos tus enemigos.
Y Sedechîas hijo de Chênaana se había hecho cuernos de hierro, y decía: Así ha dicho Jehová: Con estos acornearás á los Siros hasta destruirlos del todo.
¿Por qué porfías conmigo? Todos vosotros prevaricasteis contra mí, dice Jehová.
Y VOLVIMOS, y subimos camino de Basán, y saliónos al encuentro Og rey de Basán para pelear, él y todo su pueblo, en Edrei.
Mas Sehón no se fió de Israel para darle paso por su término; antes juntando Sehón toda su gente, puso campo en Jaas, y peleó contra Israel.
Entonces Jehová dijo á Moisés: Levántate de mañana, y ponte delante de Faraón, y dile: Jehová, el Dios de los Hebreos, dice así: Deja ir á mi pueblo, para que me sirva.
Y David respondió, y dijo: He aquí la lanza del rey; pase acá uno de los criados, y tómela.
Y como yo alcé mi voz y grité, él dejó su ropa junto á mí, y huyó fuera.
Y aquel día llamó él á Gedeón Jerobaal; porque dijo: Pleitee Baal contra el que derribó su altar.
Entonces los Filisteos se juntaron para pelear con Israel, treinta mil carros, y seis mil caballos, y pueblo como la arena que está á la orilla de la mar en multitud; y subieron, y asentaron campo en Michmas, al oriente de Beth-aven.
Solamente consultan de arrojarle de su grandeza; aman la mentira, con su boca bendicen, pero maldicen en sus entrañas. (Selah.)
Después dijo Moisés á Coré: Tú y todo tu séquito, poneos mañana delante de Jehová; tú, y ellos, y Aarón:
Descubierta será tu vergüenza, y tu deshonor será visto: tomaré venganza, y no encontraré hombre.
Y viendo Dalila que él le había descubierto todo su corazón, envió á llamar á los príncipes de los Filisteos, diciendo: Venid esta vez, porque él me ha descubierto todo su corazón. Y los príncipes de los Filisteos vinieron á ella, trayendo en su mano el dinero.
Entonces vino un mensajero á Saúl, diciendo: Ven luego, porque los Filisteos han hecho una irrupción en el país.
Y Faraón respondió: ¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir á Israel? Yo no conozco á Jehová, ni tampoco dejaré ir á Israel.
Camino á la vida es guardar la corrección: mas el que deja la reprensión, yerra.
Y sobre sus piernas traía grebas de hierro, y escudo de acero á sus hombros.
Los hijos pues de Israel se acercaron el siguiente día á los hijos de Benjamín.
Y Absalom dijo á Husai: ¿Este es tu agradecimiento para con tu amigo? ¿por qué no fuiste con tu amigo?
Pero á la mañana, cuando el vino había salido de Nabal, refirióle su mujer aquestas cosas; y se le amorteció el corazón, y quedóse como una piedra.
Y metiendo David su mano en el saco, tomó de allí una piedra, y tirósela con la honda, é hirió al Filisteo en la frente: y la piedra quedó hincada en la frente, y cayó en tierra sobre su rostro.
Mas corrió David y púsose sobre el Filisteo, y tomando la espada de él, sacándola de su vaina, matólo, y cortóle con ella la cabeza. Y como los Filisteos vieron su gigante muerto, huyeron.
Viento más vehemente que estos vendrá á mí: y ahora yo hablaré juicios con ellos.
El pariente del muerto, él matará al homicida: cuando lo encontrare, él le matará.
Pero á la mañana, cuando el vino había salido de Nabal, refirióle su mujer aquestas cosas; y se le amorteció el corazón, y quedóse como una piedra.
¿Por qué pues no guardaste el juramento de Jehová, y el mandamiento que yo te impuse?
Y díjole Elías: Vive Jehová de los ejércitos, delante del cual estoy, que hoy me mostraré á él.
Entonces Judá se llegó á él, y dijo: Ay señor mío, ruégote que hable tu siervo una palabra en oídos de mi señor, y no se encienda tu enojo contra tu siervo, pues que tú eres como Faraón.
La confrontación, como se ilumina por la Escritura, rara vez se trata de agresión, sino más bien de un llamado amoroso a la restauración y la verdad. Los versículos explorados destacan la necesidad de hablar con honestidad y directamente, pero con humildad, gentileza y un enfoque principal en la reconciliación. Desde las interacciones de Jesús con los fariseos hasta la guía de Pablo sobre abordar el pecado dentro de la iglesia, emerge un hilo consistente: la confrontación debe estar motivada por el amor a Dios y un deseo genuino por el bienestar de la otra persona. Estos versículos sirven como un recordatorio poderoso de que evitar conversaciones difíciles puede ser perjudicial, tanto para nosotros como para aquellos que nos rodean. Reflexionemos sobre estas enseñanzas, buscando sabiduría y coraje para participar en confrontaciones necesarias con gracia y un espíritu de restauración, siempre apuntando a reflejar el amor y la verdad de Cristo en nuestras interacciones.