Versículos bíblicos sobre Curiosidad
Versículos de la Biblia sobre Curiosidad
La curiosidad, una chispa dada por Dios en nosotros, impulsa la búsqueda del conocimiento y la comprensión. A través de la Escritura, descubrimos que un deseo genuino de aprender y explorar la creación de Dios, Su palabra y Sus caminos no solo es aceptable, sino alentado. La Biblia nos invita a buscar la sabiduría, a hacer preguntas y a profundizar en los misterios de la fe. Al examinar estos versos sobre la curiosidad, que seamos inspirados para cultivar un espíritu de indagación que nos lleve más cerca de la verdad, fortalezca nuestra relación con Dios y nos empodere para vivir de manera más intencional, siempre buscando entender Su voluntad divina.
Most Helpful Verses
Begin your study with these carefully selected passages
Y dió Labán á Rachêl su hija por criada á su sierva Bilha.
Lo mismo que se come el corzo y el ciervo, así las comerás: el inmundo y el limpio comerán también de ellas.
Cuando oyeres de alguna de tus ciudades que Jehová tu Dios te da para que mores en ellas, que se dice:
Scripture Passages
Y de allí fué á los que habitaban en Debir, que antes se llamaba Chîriath-sepher.
Los hijos de Besai, trescientos veinticuatro;
De los hijos de Joab, Obadías, hijo de Jehiel, y con él doscientos diez y ocho varones;
¿Qué sabes tú que no sepamos? ¿qué entiendes que no se halle en nosotros?
Lo demás de los hechos de Baasa, y las cosas que hizo, y su fortaleza, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?
Recibid mi enseñanza, y no plata; y ciencia antes que el oro escogido.
Entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios.
Estas son las familias de Issachâr, por sus contados, sesenta y cuatro mil y trescientos.
Y Amasa se había revolcado en la sangre en mitad del camino: y viendo aquel hombre que todo el pueblo se paraba, apartó á Amasa del camino al campo, y echó sobre él una vestidura, porque veía que todos los que venían se paraban junto á él.
Y en la casa en que él moraba, había otro atrio dentro del pórtico, de obra semejante á esta. Edificó también Salomón una casa para la hija de Faraón, que había tomado por mujer, de la misma obra de aquel pórtico.
Entonces habló Isaac á Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto?
Halló allí á los hermanos de Ochôzías rey de Judá, y díjoles: ¿Quién sois vosotros? Y ellos dijeron: Somos hermanos de Ochôzías, y hemos venido á saludar á los hijos del rey, y á los hijos de la reina.
Y no sabían los magistrados dónde yo había ido, ni qué había hecho; ni hasta entonces lo había yo declarado á los Judíos y sacerdotes, ni á los nobles y magistrados, ni á los demás que hacían la obra.
Los hijos de Delaía, los hijos de Tobías, los hijos de Necoda, seiscientos cuarenta y dos.
Estos son los hijos de Ismael, y estos sus nombres, por sus villas y por sus campamentos; doce príncipes por sus familias.
¿Has tú entrado en los tesoros de la nieve, ó has visto los tesoros del granizo,
Y partidos de Salmona, asentaron en Phunón.
Y os será toda visión como palabras de libro sellado, el cual si dieren al que sabe leer, y le dijeren: Lee ahora esto; él dirá: No puedo, porque está sellado.
Y él les dijo: No; á ver lo descubierto del país habéis venido.
Los hijos de Gad por sus familias: de Zephón, la familia de los Zephonitas; de Aggi, la familia de los Aggitas; de Suni, la familia de los Sunitas;
Los hijos de Aser por sus familias: de Imna, la familia de los Imnaitas; de Issui, la familia de los Issuitas; de Beria, la familia de los Beriaitas.
Todos los Nethineos, é hijos de los siervos de Salomón, trescientos noventa y dos.
Y él les dijo: Oíd ahora este sueño que he soñado:
Y de Dan, Azarael hijo de Jeroam. Estos fueron los jefes de las tribus de Israel.
Y él fué á su padre, y dijo: Padre mío: y él respondió: Heme aquí, ¿quién eres, hijo mío?
Los hijos de Jaala, los hijos de Darcón, los hijos de Giddel;
Ziph, y Telem, y Bealoth,
Uría Hetheo, Zabad hijo de Ahli;
Desde Sihor, que está delante de Egipto, hasta el término de Accarón al norte, repútase de los Cananeos: cinco provincias de los Philisteos; los Gazeos, Asdodios, Ascalonitas, Getheos, y Accaronitas; y los Heveos;
Y ellos respondieron: Tus siervos han venido de muy lejanas tierras, por la fama de Jehová tu Dios; porque hemos oído su fama, y todas las cosas que hizo en Egipto,
Y vivió Mathusalam, después que engendró á Lamech, setecientos ochenta y dos años: y engendró hijos é hijas.
Y el asna vió al ángel de Jehová, que estaba en el camino con su espada desnuda en su mano; y apartóse el asna del camino, é iba por el campo. Entonces hirió Balaam al asna para hacerla volver al camino.
Chûs engendró á Nimrod: éste comenzó á ser poderoso en la tierra.
Y dijo Jeroboam á su mujer: Levántate ahora, disfrázate, porque no te conozcan que eres la mujer de Jeroboam, y ve á Silo; que allá está Ahías profeta, el que me dijo que yo había de ser rey sobre este pueblo.
(Antiguamente en Israel cualquiera que iba á consultar á Dios, decía así: Venid y vamos hasta el vidente: porque el que ahora se llama profeta, antiguamente era llamado vidente).
Ellos entonces subieron á la ciudad; y cuando en medio de la ciudad estuvieron, he aquí Samuel que delante de ellos salía para subir al alto.
Reinó tres años en Jerusalem. El nombre de su madre fué Maachâ, hija de Abisalom.
Estos son los hijos de Ismael, y estos sus nombres, por sus villas y por sus campamentos; doce príncipes por sus familias.
El descubre las profundidades de las tinieblas, y saca á luz la sombra de muerte.
De Supham, la familia de los Suphamitas; de Hupham, la familia de los Huphamitas.
En conclusión, la Biblia presenta una visión matizada de la curiosidad. Mientras advierte contra la especulación ociosa y las búsquedas dañinas, la Escritura también celebra una curiosidad santa – una sed de conocimiento de Dios, Su creación y Su voluntad. Los versos que destacan el valor de buscar la sabiduría, buscar diligentemente la verdad y cuestionar humildemente lo desconocido ofrecen un marco para abordar la curiosidad con discernimiento. Esta curiosidad inspirada divinamente nos motiva a profundizar en los misterios de la fe, fomentando una relación más fuerte con Dios y una comprensión más profunda del mundo que nos rodea. Que cultivemos un espíritu de indagación templado por la sabiduría y la humildad, permitiendo que nuestra curiosidad nos lleve hacia un mayor amor por Dios y un compromiso para vivir Su propósito. Abraza el viaje de descubrimiento, guiado por la Escritura y impulsado por un deseo de conocerlo más plenamente.