Versículos bíblicos sobre Muerte
Versículos de la Biblia sobre Muerte
Explorar lo que dice la Biblia sobre la muerte ofrece un profundo consuelo y esperanza. La Escritura revela que la muerte no es un fin, sino una transición. Comprender esta verdad a través de la palabra de Dios nos permite enfrentar la mortalidad con valentía, sabiendo que para los creyentes, la muerte es meramente una puerta de entrada a la vida eterna en Su presencia. Estos versículos ofrecen consuelo en el duelo, nos recuerdan el valor precioso de la vida e inspiran a vivir con propósito, enfocados en la promesa de resurrección y gozo eterno que solo se encuentra en Jesucristo. Que estas Escrituras iluminen tu camino y fortalezcan tu fe ante el mayor misterio de la vida.
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Luego, pues, que los de Israel se volvieron en la batalla, los de Benjamín comenzaron á derribar heridos de Israel unos treinta hombres, y ya decían: Ciertamente ellos han caído delante de nosotros, como en la primera batalla.
Ni saldréis de la puerta del tabernáculo del testimonio, porque moriréis; por cuanto el aceite de la unción de Jehová está sobre vosotros. Y ellos hicieron conforme al dicho de Moisés.
Mandóles luego, y díjoles: Yo voy á ser reunido con mi pueblo: sepultadme con mis padres en la cueva que está en el campo de Ephrón el Hetheo;
Scripture Passages
Y los días que anduvimos de Cades-barnea hasta que pasamos el arroyo de Zered, fueron treinta y ocho años; hasta que se acabó toda la generación de los hombres de guerra de en medio del campo, como Jehová les había jurado.
Los malos serán trasladados al infierno, todas las gentes que se olvidan de Dios.
Y reposó la tierra cuarenta años; y murió Othoniel, hijo de Cenez.
Cualquiera que hiriere á alguno, por dicho de testigos, morirá el homicida: mas un solo testigo no hará fe contra alguna persona para que muera.
No tendrá respeto á ninguna redención; ni querrá perdonar, aunque multipliques los dones.
Entonces José subió á sepultar á su padre; y subieron con él todos los siervos de Faraón, los ancianos de su casa, y todos los ancianos de la tierra de Egipto,
¿Por qué me sacaste de la matriz? Habría yo espirado, y no me vieran ojos.
Tierra de oscuridad, lóbrega como sombra de muerte, sin orden, y que aparece como la oscuridad misma.
El que de Baasa fuere muerto en la ciudad, le comerán los perros; y el que de él fuere muerto en el campo, comerlo han las aves del cielo.
Matará al malo la maldad; y los que aborrecen al justo serán asolados.
Y murieron también los dos, Mahalón y Chelión, quedando así la mujer desamparada de sus dos hijos y de su marido.
Y cuando llegaron á la era de Nachôn, Uzza extendió la mano al arca de Dios, y túvola; porque los bueyes daban sacudidas.
Y Abiathar notició á David como Saúl había muerto los sacerdotes de Jehová.
Porque no dejarás mi alma en el sepulcro; ni permitirás que tu santo vea corrupción.
Seis días se hará obra, mas el día séptimo es sábado de reposo consagrado á Jehová; cualquiera que hiciere obra el día del sábado, morirá ciertamente.
Y VIENDO Rachêl que no daba hijos á Jacob, tuvo envidia de su hermana, y decía á Jacob: Dame hijos, ó si no, me muero.
Yo Jehová he hablado; así haré á toda esta multitud perversa que se ha juntado contra mí; en este desierto serán consumidos, y ahí morirán.
Ni entrará donde haya alguna persona muerta, ni por su padre, ó por su madre se contaminará.
Y llamó al niño Ichâbod, diciendo: ¡Traspasada es la gloria de Israel! por el arca de Dios que fué tomada, y porque era muerto su suegro, y su marido.
He aquí que yo te recogeré con tus padres, y serás recogido en tus sepulcros en paz, y tus ojos no verán todo el mal que yo traigo sobre este lugar, y sobre los moradores de él. Y ellos refirieron al rey la respuesta.
Aun hay esperanza para todo aquél que está entre los vivos; porque mejor es perro vivo que león muerto.
Y estuvo José en Egipto, él y la casa de su padre: y vivió José ciento diez años.
¿Por qué pues tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos? A Uría Hetheo heriste á cuchillo, y tomaste por tu mujer á su mujer, y á él mataste con el cuchillo de los hijos de Ammón.
Pues yo pasaré aquella noche por la tierra de Egipto, y heriré á todo primogénito en la tierra de Egipto, así en los hombres como en las bestias: y haré juicios en todos los dioses de Egipto. Yo JEHOVÁ.
Haz la venganza de los hijos de Israel sobre los Madianitas; después serás recogido á tus pueblos.
La nube se consume, y se va: así el que desciende al sepulcro no subirá;
Olvidaráse de ellos el seno materno; de ellos sentirán los gusanos dulzura; nunca más habrá de ellos memoria, y como un árbol serán los impíos quebrantados.
Así todos los que de Benjamín murieron aquel día, fueron veinticinco mil hombres que sacaban espada, todos ellos hombres de guerra.
CUANDO fuere hallado en la tierra que Jehová tu Dios te da para que la poseas, muerto echado en el campo, y no se supiere quién lo hirió,
De fuera desolará la espada, y dentro de las cámaras el espanto; así al mancebo como á la doncella, al que mama como el hombre cano.
Maldito serás en tu entrar, y maldito en tu salir.
Mas el pueblo que seguía á Omri, pudo más que el que seguía á Thibni hijo de Gineth; y Thibni murió, y Omri fué rey.
Y Amasías hijo de Joas rey de Judá, vivió después de la muerte de Joas hijo de Joachâz rey de Israel, quince años.
Y con ellos vendrán abajo unicornios, y toros con becerros; y su tierra se embriagará de sangre, y su polvo se engrasará de grosura.
Oiránlo los pueblos, y temblarán; apoderarse ha dolor de los moradores de Palestina.
Aun hay esperanza para todo aquél que está entre los vivos; porque mejor es perro vivo que león muerto.
Los pueblos huyeron á la voz del estruendo; las gentes fueron esparcidas por tus levantamientos.
Y muere en el monte al cual subes, y sé reunido á tus pueblos; al modo que murió Aarón tu hermano en el monte de Hor, y fué reunido á sus pueblos:
Y Jehová dijo á Moisés: Vuelve la vara de Aarón delante del testimonio, para que se guarde por señal á los hijos rebeldes; y harás cesar sus quejas de sobre mí, porque no mueran.
Empero como hombres moriréis, y caeréis como cualquiera de los tiranos.
La Biblia ofrece una perspectiva compleja y matizada sobre la muerte, yendo más allá de una simple finalidad para explorar temas de esperanza, resurrección y vida eterna. Los versículos presentados muestran la muerte no como un fin, sino como una transición – una separación del cuerpo físico del espíritu, que ultimately lleva a una comunión eterna con Dios o a una separación eterna. Reflexionar sobre estos pasajes nos anima a confrontar nuestra mortalidad y considerar las implicaciones eternas de nuestras elecciones terrenales. En última instancia, estos versículos nos invitan a vivir con propósito, guiados por la fe y el amor, sabiendo que la muerte no es la palabra final, sino una puerta hacia un futuro eterno prometido a través de Jesucristo. Que estas Escrituras te inspiren a buscar un entendimiento más profundo del plan de Dios y a vivir una vida digna del llamado que has recibido, para que cuando llegue la muerte, sea recibida con esperanza y no con desesperación.