Versículos bíblicos sobre Juicio Divino
Versículos bíblicos sobre el Juicio Divino
Explorar el juicio divino a través de la escritura ofrece una profunda oportunidad para el crecimiento espiritual. Aunque el concepto pueda parecer intimidante, entender la justicia, rectitud y santidad de Dios es vital para navegar nuestro viaje terrenal. Al estudiar estos versos, ganamos visión en el carácter y expectativas de Dios, inspirándonos a vivir con intención y responsabilidad. Abrazar este conocimiento fomenta la auto-reflexión, el arrepentimiento y una apreciación más profunda por la gracia y misericordia de Dios. En última instancia, contemplar el juicio divino nos anima a alinear nuestros corazones y acciones con la voluntad de Dios, esforzándonos por una vida que refleje Su amor y nos acerque más a Él.
Versículos más útiles
Comienza tu estudio con estos pasajes cuidadosamente seleccionados
Dirás asimismo á los hijos de Israel: Cualquier varón de los hijos de Israel, ó de los extranjeros que peregrinan en Israel, que diere de su simiente á Moloch, de seguro morirá: el pueblo de la tierra lo apedreará con piedras.
Luego, pues, que los de Israel se volvieron en la batalla, los de Benjamín comenzaron á derribar heridos de Israel unos treinta hombres, y ya decían: Ciertamente ellos han caído delante de nosotros, como en la primera batalla.
Si dejareis á Jehová y sirviereis á dioses ajenos, se volverá, y os maltratará, y os consumirá, después que os ha hecho bien.
Scripture Passages
Las viudas enviaste vacías, y los brazos de los huérfanos fueron quebrados.
Y también los sacerdotes que se llegan á Jehová, se santifiquen, porque Jehová no haga en ellos estrago.
Que dicen al leño: Mi padre eres tú; y á la piedra: Tú me has engendrado: pues me volvieron la cerviz, y no el rostro; y en el tiempo de su trabajo dicen: Levántate, y líbranos.
Terror y sima y lazo sobre ti, oh morador de la tierra.
Desperté también sobre vosotros atalayas, que dijesen: Escuchad á la voz de la trompeta. Y dijeron ellos: No escucharemos.
Trasquila tu cabello, y arrójalo, y levanta llanto sobre las alturas; porque Jehová ha aborrecido y dejado la nación de su ira.
Mas la carne y el cuero los quemó al fuego fuera del real.
Llena está de sangre la espada de Jehová, engrasada está de grosura, de sangre de corderos y de cabritos, de grosura de riñones de carneros: porque Jehová tiene sacrificios en Bosra, y grande matanza en tierra de Edom.
Y meteránse en las cavernas de las peñas, y en las aberturas de la tierra, por la presencia espantosa de Jehová, y por el resplandor de su majestad, cuando se levantare él para herir la tierra.
Y acontecerá que aquel día silbará Jehová á la mosca que está en el fin de los ríos de Egipto, y á la abeja que está en la tierra de Asiria.
Y he aquí ahora ha puesto Jehová espíritu de mentira en la boca de estos tus profetas; mas Jehová ha decretado el mal acerca de ti.
Mi carne se ha extremecido por temor de ti; y de tus juicios tengo miedo.
Y Jehová dijo á Moisés: Extiende tu mano hacia el cielo, para que haya tinieblas sobre la tierra de Egipto, tales que cualquiera las palpe.
Su memoria perecerá de la tierra, y no tendrá nombre por las calles.
Y dijo: Esconderé de ellos mi rostro, veré cuál será su postrimería: que son generación de perversidades, hijos sin fe.
Y palparás al mediodía, como palpa el ciego en la oscuridad, y no serás prosperado en tus caminos: y nunca serás sino oprimido y robado todos los días, y no habrá quien te salve.
Y pondré vuestras ciudades en desierto, y asolaré vuestros santuarios, y no oleré la fragancia de vuestro suave perfume.
El testigo falso no quedará sin castigo; y el que habla mentiras, perecerá.
Plata desechada los llamarán, porque Jehová los desechó.
Y él le dijo: ¿Cuál es su forma? Y ella respondió: Un hombre anciano viene, cubierto de un manto. Saúl entonces entendió que era Samuel, y humillando el rostro á tierra, hizo gran reverencia.
No carga pues él al hombre más de lo justo, para que vaya con Dios á juicio.
Y ENVIÓ Jehová á Nathán á David, el cual viniendo á él, díjole: Había dos hombres en una ciudad, el uno rico, y el otro pobre.
Entonces Jehová dijo á Moisés: Extiende tu mano sobre la tierra de Egipto para langosta, á fin de que suba sobre el país de Egipto, y consuma todo lo que el granizo dejó.
Y estas cosas tienes guardadas en tu corazón; yo sé que esto está cerca de ti.
Mas la persona que hiciere algo con altiva mano, así el natural como el extranjero, á Jehová injurió; y la tal persona será cortada de en medio de su pueblo.
Y la persona que comiere la carne del sacrificio de paces, el cual es de Jehová, estando inmunda, aquella persona será cortada de sus pueblos.
Dijo pues: Traspasada es la gloria de Israel: porque el arca de Dios fué tomada.
Y viendo esto los de Asdod, dijeron: No quede con nosotros el arca del Dios de Israel, porque su mano es dura sobre nosotros, y sobre nuestro dios Dagón.
Los malos serán trasladados al infierno, todas las gentes que se olvidan de Dios.
Y acontecerá en aquel día, que Tiro será puesta en olvido por setenta años, como días de un rey. Después de los setenta años, cantará Tiro canción como de ramera.
He aquí que vienen días, dice Jehová, y visitaré sobre todo circuncidado, y sobre todo incircunciso:
Dios lo sacó de Egipto; tiene fuerzas como de unicornio: comerá á las gentes sus enemigas, y desmenuzará sus huesos, y asaeteará con sus saetas.
Juzgará los afligidos del pueblo, salvará los hijos del menesteroso, y quebrantará al violento.
Y vino Abimelech á la torre, y combatiéndola, llegóse á la puerta de la torre para pegarle fuego.
Y ACONTECIÓ que el pueblo se quejó á oídos de Jehová: y oyólo Jehová, y enardecióse su furor, y encendióse en ellos fuego de Jehová y consumió el un cabo del campo.
Y saldrán, y verán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra mí: porque su gusano nunca morirá, ni su fuego se apagará; y serán abominables á toda carne.
También saldrás de él con tus manos sobre tu cabeza: porque Jehová deshechó tus confianzas, y en ellas no tendrás buen suceso.
Por las mañanas cortaré á todos los impíos de la tierra; para extirpar de la ciudad de Jehová á todos los que obraren iniquidad.
El impide el labio á los que dicen verdad, y quita á los ancianos el consejo.
Y Jehová escuchó la voz de Israel, y entregó al Cananeo, y destruyólos á ellos y á sus ciudades; y llamó el nombre de aquel lugar Horma.
Los versos que exploran el juicio divino revelan un Dios profundamente preocupado por la justicia, la rectitud y las consecuencias últimas de las acciones humanas. Mientras algunos retratan el juicio como un evento futuro que involucra recompensa y castigo, otros enfatizan el discernimiento actual de Dios y la intervención activa en las vidas individuales y sociedades. Estas escrituras sirven como un potente recordatorio de responsabilidad, instándonos a considerar las implicaciones morales de nuestras elecciones y el impacto que tienen en nosotros mismos y en los demás. La reflexión sobre estos versos debería inspirar un compromiso para vivir de acuerdo con la voluntad de Dios, buscar el perdón cuando fallamos y perseguir activamente la justicia y la compasión en el mundo. En última instancia, el concepto de juicio divino nos llama a la introspección, fomenta el crecimiento moral e invita a abrazar una vida centrada en la fe, el amor y la obediencia.