Versículos bíblicos sobre Miedo
Versículos bíblicos sobre Miedo
Explorar lo que dice la Biblia sobre el temor puede ser transformador. Las Escrituras no descartan el temor como una simple emoción, sino que reconocen su poder mientras ofrecen un camino profundo para superarlo a través de la fe. Entender estos versos nos ayuda a reconocer la raíz de nuestras ansiedades y redirigir nuestro enfoque hacia el amor inquebrantable y la protección de Dios. Al estudiar estos pasajes, aprendemos a reemplazar el temor con confianza, la ansiedad con paz y la duda con una creencia inquebrantable en Sus promesas. La Biblia proporciona guía práctica y consuelo espiritual, empoderándonos para caminar audazmente en fe, sabiendo que estamos seguros en Sus brazos eternos.
Versículos más útiles
Comienza tu estudio con estos pasajes cuidadosamente seleccionados
La meterás en tu casa; y ella raerá su cabeza, y cortará sus uñas,
Dirás asimismo á los hijos de Israel: Cualquier varón de los hijos de Israel, ó de los extranjeros que peregrinan en Israel, que diere de su simiente á Moloch, de seguro morirá: el pueblo de la tierra lo apedreará con piedras.
Y la persona que atendiere á encantadores ó adivinos, para prostituirse tras de ellos, yo pondré mi rostro contra la tal persona, y cortaréla de entre su pueblo.
Scripture Passages
E hirió Jehová á Benjamín delante de Israel; y mataron los hijos de Israel aquel día veinticinco mil y cien hombres de Benjamín, todos los cuales sacaban espada.
Y vinieron contra Gabaa diez mil hombres escogidos de todo Israel, y la batalla comenzó á agravarse: mas ellos no sabían que el mal se acercaba sobre ellos.
Luego, pues, que los de Israel se volvieron en la batalla, los de Benjamín comenzaron á derribar heridos de Israel unos treinta hombres, y ya decían: Ciertamente ellos han caído delante de nosotros, como en la primera batalla.
Volviéndose luego, huyeron hacia el desierto, á la peña de Rimmón, y de ellos rebuscaron cinco mil hombres en los caminos: fueron aún acosándolos hasta Gidom, y mataron de ellos dos mil hombres.
Pues hicimos una incursión á la parte del mediodía de Cerethi, y á Judá, y al mediodía de Caleb; y pusimos fuego á Siclag.
No verás á aquel pueblo espantable, pueblo de lengua oscura de entender, de lengua tartamuda que no comprendas.
Y Aarón les dijo: Apartad los zarcillos de oro que están en las orejas de vuestras mujeres, y de vuestros hijos, y de vuestras hijas, y traédmelos.
Guarda la ordenanza de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y observando sus estatutos y mandamientos, y sus derechos y sus testimonios, de la manera que está escrito en la ley de Moisés, para que seas dichoso en todo lo que hicieres, y en todo aquello á que te tornares;
Y entonces se mostrará la señal del Hijo del hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del hombre que vendrá sobre las nubes del cielo, con grande poder y gloria.
El día siguiente toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón, diciendo: Vosotros habéis muerto al pueblo de Jehová.
Y levantóse Abraham de delante de su muerto, y habló á los hijos de Heth, diciendo:
Pusístenos como á ovejas para comida, y esparcístenos entre las gentes.
También sobre su cama es castigado con dolor fuerte en todos sus huesos,
Todos los que están conmigo te saludan. Saluda á los que nos aman en la fe. La gracia sea con todos vosotros. Amén. A Tito, el cual fué el primer obispo ordenado á la iglesia de los Cretenses, escrita de Nicópolis de Macedonia.
Ciertamente cercana está su salud á los que le temen; para que habite la gloria en nuestra tierra.
Maldito el hombre que hiciere escultura ó imagen de fundición, abominación á Jehová, obra de mano de artífice, y la pusiere en oculto. Y todo el pueblo responderá y dirá: Amén.
Y nacieron á José dos hijos antes que viniese el primer año del hambre, los cuales le parió Asenath, hija de Potipherah, sacerdote de On.
Y cumpliéronse los siete años de la hartura, que hubo en la tierra de Egipto.
Y Jonathán y Ahimaas estaban junto á la fuente de Rogel, porque no podían ellos mostrarse viniendo á la ciudad; fué por tanto una criada, y dióles el aviso: y ellos fueron, y noticiáronlo al rey David.
¿No tenemos potestad de traer con nosotros una hermana mujer también como los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas?
¿O sólo yo y Bernabé no tenemos potestad de no trabajar?
Para que todo Israel oiga, y tema, y no tornen á hacer cosa semejante á esta mala cosa en medio de ti.
Su cola mueve como un cedro, y los nervios de sus genitales son entretejidos.
ENTONCES David subió de allí, y habitó en los parajes fuertes en Engaddi.
Mas sus discípulos, oyendo estas cosas, se espantaron en gran manera, diciendo: ¿Quién pues podrá ser salvo?
Pues de su grado han dado conforme á sus fuerzas, yo testifico, y aun sobre sus fuerzas;
De manera que exhortamos á Tito, que como comenzó antes, así también acabe esta gracia entre vosotros también.
Para que el agravio de los setenta hijos de Jerobaal, y la sangre de ellos, viniera á ponerse sobre Abimelech su hermano que los mató, y sobre los hombres de Sichêm que corroboraron las manos de él para matar á sus hermanos.
Príncipes de Sodoma, oid la palabra de Jehová; escuchad la ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra.
Y en la ley Moisés nos mandó apedrear á las tales: tú pues, ¿qué dices?
Entonces los Fariseos le dijeron: Tú de ti mismo das testimonio: tu testimonio no es verdadero.
¿SACARÁS tú al leviathán con el anzuelo, ó con la cuerda que le echares en su lengua?
No hables á oídos del necio; porque menospreciará la prudencia de tus razones.
Ahora pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas á Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas á Jehová tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma;
Y concibió la mujer, y enviólo á hacer saber á David, diciendo: Yo estoy embarazada.
Entonces David volvió á consultar á Jehová. Y Jehová le respondió, y dijo: Levántate, desciende á Keila, que yo entregaré en tus manos á los Filisteos.
Los profetas profetizaron mentira, y los sacerdotes dirigían por manos de ellos; y mi pueblo así lo quiso. ¿Qué pues haréis á su fin?
Mi lengua hablará también de tu justicia todo el día: por cuanto fueron avergonzados, porque fueron confusos los que mi mal procuraban.
Por tanto él hará notorias las obras de ellos, cuando los trastornará en la noche, y serán quebrantados.
Porque la ley constituye sacerdotes á hombres flacos; mas la palabra del juramento, después de la ley, constituye al Hijo, hecho perfecto para siempre.
La Biblia aborda consistentemente el temor, no para condenarnos por sentirlo, sino para ofrecer un camino a través de él. Los versos explorados revelan a un Dios que entiende nuestras ansiedades y proporciona un apoyo inquebrantable. Desde promesas de presencia y protección divinas hasta llamados al coraje y la confianza, las Escrituras nos equipan para confrontar nuestros temores con fe. Recordando que el amor perfecto echa fuera el temor, podemos cultivar activamente una relación más profunda con Dios, encontrando consuelo y fuerza en Su carácter. Que estos versos sirvan como un recordatorio constante para reflexionar sobre la fidelidad de Dios en pruebas pasadas y aplicar Sus promesas a nuestras ansiedades presentes. Al meditar en estas verdades y anclarnos en el amor inquebrantable de Dios, podemos navegar las incertidumbres de la vida con un espíritu de paz y audacia.