Versículos bíblicos sobre Funerales
Versículos bíblicos sobre Funerales
Explorar lo que dice la Biblia sobre los funerales ofrece consuelo profundo y guía durante tiempos de duelo. Estos versículos revelan el corazón compasivo de Dios y Su comprensión de nuestra tristeza. A través de la Escritura, ganamos perspicacia en honrar a los fallecidos, apoyar a los que lloran y enfocarnos en la esperanza de la vida eterna ofrecida a través de Jesucristo. Comprender las perspectivas bíblicas sobre la muerte y el luto nos ayuda a navegar la pérdida con gracia, fe y una perspectiva renovada sobre la impermanencia de la vida terrenal y la promesa de resurrección. Esta exploración fortalece nuestra creencia en el amor inquebrantable de Dios y el triunfo último del bien sobre la muerte.
Versículos más útiles
Comienza tu estudio con estos pasajes cuidadosamente seleccionados
Manda á los hijos de Israel que echen del campo á todo leproso, y á todos los que padecen flujo de semen, y á todo contaminado sobre muerto:
Todo el tiempo que se apartare á Jehová, no entrará á persona muerta.
Y desempeñen su cargo, y el cargo de toda la congregación delante del tabernáculo del testimonio, para servir en el ministerio del tabernáculo;
Scripture Passages
El quinto día, Selumiel hijo de Zurisaddai, príncipe de los hijos de Simeón:
Habla á los hijos de Israel, diciendo: Cualquiera de vosotros ó de vuestras generaciones, que fuere inmundo por causa de muerto ó estuviere de viaje lejos, hará pascua á Jehová:
Mis días han sido más ligeros que un correo; huyeron, y no vieron el bien.
Y él le respondió: Yo no iré, sino que me marcharé á mi tierra y á mi parentela.
Y si alguno muriere muy de repente junto á él, contaminará la cabeza de su nazareato; por tanto el día de su purificación raerá su cabeza; al séptimo día la raerá.
Una cuchara de oro de diez siclos, llena de perfume;
Una cuchara de oro de diez siclos, llena de perfume;
Y los que murieron en aquella mortandad fueron catorce mil y setecientos, sin los muertos por el negocio de Coré.
Y cualquiera que tocare en muerto á cuchillo sobre la haz del campo, ó en muerto, ó en hueso humano, ó en sepulcro, siete días será inmundo.
De Zera, la familia de los Zeraitas; de Saul, la familia de los Saulitas.
Y todo lo que el inmundo tocare, será inmundo: y la persona que lo tocare, será inmunda hasta la tarde.
Y viendo toda la congregación que Aarón era muerto, hiciéronle duelo por treinta días todas las familias de Israel.
Y un hombre limpio tomará hisopo, y mojarálo en el agua, y rociará sobre la tienda, y sobre todos los muebles, y sobre las personas que allí estuvieren, y sobre aquel que hubiere tocado el hueso, ó el matado, ó el muerto, ó el sepulcro:
¿Quién contará el polvo de Jacob, o el número de la cuarta parte de Israel? Muera mi persona de la muerte de los rectos, y mi postrimería sea como la suya.
Los hijos de Judá: Er y Onán; y Er y Onán murieron en la tierra de Canaán.
Mas los hijos de Coré no murieron.
Y EL séptimo mes, al primero del mes tendréis santa convocación: ninguna obra servil haréis; os será día de sonar las trompetas.
Y si no tuviere hermanos, daréis su herencia á los hermanos de su padre.
Estos son los hijos de Galaad: de Jezer, la familia de los Jezeritas; de Helec, la familia de los Helecitas;
Haz la venganza de los hijos de Israel sobre los Madianitas; después serás recogido á tus pueblos.
Pero si cuando su marido lo oyó, le vedó, entonces el voto que ella hizo, y lo que pronunció de sus labios con que ligó su alma, será nulo; y Jehová lo perdonará.
Y si con instrumento de palo de mano, de que pueda morir, lo hiriere, y muriere, homicida es; el homicida morirá.
Y era Aarón de edad de ciento y veinte y tres años, cuando murió en el monte de Hor.
O bien, sin verlo, hizo caer sobre él alguna piedra, de que pudo morir, y muriere, y él no era su enemigo, ni procuraba su mal;
Y si por odio lo empujó, ó echó sobre él alguna cosa por asechanzas, y muere;
No desmayes delante de ellos, que Jehová tu Dios está en medio de ti, Dios grande y terrible.
No matarás.
A Jehová tu Dios temerás, y á él servirás, y por su nombre jurarás.
AMARÁS pues á Jehová tu Dios, y guardarás su ordenanza, y sus estatutos y sus derechos y sus mandamientos, todos los días.
Mas delante de Jehová tu Dios las comerás, en el lugar que Jehová tu Dios hubiere escogido, tú, y tu hijo, y tu hija, y tu siervo, y tu sierva, y el Levita que está en tus poblaciones: y alegrarte has delante de Jehová tu Dios en toda obra de tus manos.
Guardarás lo que tus labios pronunciaren; y harás, como prometiste á Jehová tu Dios, lo que de tu voluntad hablaste por tu boca.
No entrará bastardo en la congregación de Jehová: ni aun en la décima generación entrará en la congregación de Jehová.
Los padres no morirán por los hijos, ni los hijos por los padres; cada uno morirá por su pecado.
Entonces tus ancianos y tus jueces saldrán y medirán hasta las ciudades que están alrededor del muerto:
Y sacrificarás pacíficos, y comerás allí; y alegrarte has delante de Jehová tu Dios.
Maldito el que hiciere errar al ciego en el camino. Y dirá todo el pueblo: Amén.
No he comido de ello en mi luto, ni he sacado de ello en inmundicia, ni de ello he dado para mortuorio: he obedecido á la voz de Jehová mi Dios, he hecho conforme á todo lo que me has mandado.
¡Ojalá fueran sabios, que comprendieran esto, y entendieran su postrimería!
Sino con los que están aquí presentes hoy con nosotros delante de Jehová nuestro Dios, y con los que no están aquí hoy con nosotros.
A los cielos y la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición: escoge pues la vida, porque vivas tú y tu simiente:
Al reflexionar sobre estos versículos, encontramos un tapiz de consuelo, esperanza y remembranza tejido a lo largo de la Escritura respecto a los funerales y el luto. Desde el reconocimiento del duelo en las lamentaciones hasta la promesa de vida eterna en los Evangelios, la Biblia ofrece solaz y perspectiva durante tiempos de pérdida. Estos versículos nos recuerdan que la muerte es una parte natural del viaje de la vida, pero no es el fin para aquellos que creen. Nos animan a apoyarnos en el amor inquebrantable de Dios, a encontrar fuerza en la comunidad y a honrar la memoria de los seres queridos. Que estas Escrituras provean una base para la sanación, una brújula que nos guíe hacia la paz y un recordatorio para vivir cada día con propósito y gratitud, atesorando el precioso don de la vida mientras miramos hacia la promesa de vida eterna.