Versículos bíblicos sobre Herencia
Versículos bíblicos sobre Herencia
Adentrarse en las Escrituras sobre la herencia revela una verdad profunda: nuestras herencias terrenales palidecen en comparación con la herencia eterna prometida a través de Cristo. Comprender este concepto, tal como se revela en la palabra de Dios, cambia nuestra perspectiva de las posesiones temporales a las riquezas espirituales duraderas. Estos versos iluminan la naturaleza de la generosidad ilimitada de Dios y la increíble herencia que espera a aquellos que son adoptados en Su familia. Exploremos estos pasajes no solo como pronunciamientos legales, sino como atisbos al corazón de un Padre amoroso que desea compartir Su reino con nosotros. Que este estudio profundice su aprecio por la verdadera herencia, un tesoro que ningún poder terrenal puede disminuir.
Versículos más útiles
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Y FUÉ la suerte de la tribu de los hijos de Judá, por sus familias, junto al término de Edom, del desierto de Zin al mediodía, al lado del sur.
Y llamó su nombre José, diciendo: Añádame Jehová otro hijo.
Mas si la hubiere desposado con su hijo, hará con ella según la costumbre de las hijas.
Scripture Passages
Issachâr, asno huesudo echado entre dos tercios:
Empero Jehová el Dios de Israel entregó á Sehón y á todo su pueblo en mano de Israel, y venciólos: y poseyó Israel toda la tierra del Amorrheo que habitaba en aquel país.
A Ain con sus ejidos, á Jutta con sus ejidos, y á Beth-semes con sus ejidos; nueve villas de estas dos tribus:
Y se sentó Salomón en el trono de David su padre, y fué su reino firme en gran manera.
Porque los benditos de él heredarán la tierra; y los malditos de él serán talados.
Junto á él acamparán los de la tribu de Issachâr: y el jefe de los hijos de Issachâr, Nathanael hijo de Suar;
Y muere en el monte al cual subes, y sé reunido á tus pueblos; al modo que murió Aarón tu hermano en el monte de Hor, y fué reunido á sus pueblos:
Los hijos de Manasés: de Machîr, la familia de los Machîritas; y Machîr engendró á Galaad; de Galaad, la familia de los Galaaditas.
Y apartóse de allí, y abrió otro pozo, y no riñeron sobre él: y llamó su nombre Rehoboth, y dijo: Porque ahora nos ha hecho ensanchar Jehová, y fructificaremos en la tierra.
Y Jehová me dijo: No molestes á Moab, ni te empeñes con ellos en guerra, que no te daré posesión de su tierra; porque yo he dado á Ar por heredad á los hijos de Lot.
Y sobre el ejército de la tribu de los hijos de Aser, Pagiel hijo de Ocrán.
Dijo pues David á los Gabaonitas: ¿Qué os haré, y con qué expiaré para que bendigáis á la heredad de Jehová?
Y de la tribu de los hijos de Aser, el príncipe Ahiud hijo de Selomi.
Mira desde la morada de tu santidad, desde el cielo, y bendice á tu pueblo Israel, y á la tierra que nos has dado, como juraste á nuestros padres, tierra que fluye leche y miel.
Y de la tribu de Issachâr, á Cesión con sus ejidos, á Dabereth con sus ejidos,
Y su término fué Helchât, y Halí, y Betén, y Axaph,
Y si el que santificó la tierra quisiere redimirla, añadirá á tu estimación el quinto del dinero de ella, y quedaráse para él.
Después los hijos de Judá descendieron para pelear contra el Cananeo que habitaba en las montañas, y al mediodía, y en los llanos.
Y durmió Abiam con sus padres, y sepultáronlo en la ciudad de David: y reinó Asa su hijo en su lugar.
Será su nombre para siempre, perpetuaráse su nombre mientras el sol dure: y benditas serán en él todas las gentes: llamarlo han bienaventurado.
Y de allí pasa aquel término á Luz, por el lado de Luz (esta es Beth-el) hacia el mediodía. Y desciende este término de Ataroth-addar al monte que está al mediodía de Beth-oron la de abajo.
Después que se hubiere vendido, podrá ser rescatado: uno de sus hermanos lo rescatará;
Y sucedía que cuantas veces se recalentaban las tempranas, Jacob ponía las varas delante de las ovejas en las pilas, para que concibiesen á la vista de las varas.
Bendito tu canastillo y tus sobras.
Y el término del Amorrheo fué desde la subida de Acrabim, desde la piedra, y arriba.
Y Noemi respondió: Volveos, hijas mías: ¿para qué habéis de ir conmigo? ¿tengo yo más hijos en el vientre, que puedan ser vuestros maridos?
No tomarás de tu hermano logro de dinero, ni logro de comida, ni logro de cosa alguna de que se suele tomar.
Y su hacienda era siete mil ovejas, y tres mil camellos, y quinientas yuntas de bueyes, y quinientas asnas, y muchísimos criados: y era aquel varón grande más que todos los Orientales.
Y en Beth-marchâboth, y en Hasasusim, y en Beth-birai, y en Saaraim. Estas fueron sus ciudades hasta el reino de David.
Y el rey les dijo: Tomad con vosotros los siervos de vuestro señor, y haced subir á Salomón mi hijo en mi mula, y llevadlo á Gihón:
Mi padre me conjuró diciendo: He aquí yo muero; en mi sepulcro que yo cavé para mí en la tierra de Canaán, allí me sepultarás; ruego pues que vaya yo ahora, y sepultaré á mi padre, y volveré.
Y cuando Jehová os envió desde Cades-barnea, diciendo, Subid y poseed la tierra que yo os he dado; también fuisteis rebeldes al dicho de Jehová vuestro Dios, y no lo creisteis, ni obedecisteis á su voz.
Y dijeron: La heredad de los que han escapado ha de ser lo que era de Benjamín, porque no sea una tribu raída de Israel.
Sale luego este término al lado de Ecrón hacia el norte; y rodea el mismo término á Sichêron, y pasa por el monte de Baala, y sale á Jabneel: y sale este término á la mar.
Jehová vuestro Dios os ha multiplicado, y he aquí sois hoy vosotros como las estrellas del cielo en multitud.
Hasta tanto que Jehová haya dado reposo á vuestros hermanos como á vosotros, y que ellos también posean la tierra que Jehová vuestro Dios les da: y después volveréis vosotros á la tierra de vuestra herencia, la cual Moisés siervo de Jehová os ha dado, de esta parte del Jordán hacia donde nace el sol; y la poseeréis.
Y Rebeca estaba oyendo, cuando hablaba Isaac á Esaú su hijo: y fuése Esaú al campo para coger la caza que había de traer.
Protéstoos hoy que de cierto pereceréis: no tendréis largos días sobre la tierra, para ir á la cual pasas el Jordán para poseerla.
Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Dan conforme á sus familias; estas ciudades con sus aldeas.
Quítale su ropa al que salió por fiador del extraño; y tómale prenda al que fía la extraña.
Los versos explorados destacan que la herencia, tanto terrenal como espiritual, es un tema profundo tejido a lo largo de la Biblia. Desde la herencia física de la tierra prometida a los descendientes de Abraham hasta la herencia última de la vida eterna a través de la fe en Jesucristo, las Escrituras revelan la provisión y las promesas de Dios. Mientras que las herencias terrenales son temporales y sujetas a la decadencia, la herencia espiritual ofrecida a través de Cristo es imperecedera, sin mancha y no desvaneciente, reservada en el cielo para aquellos que son salvos. Reflexionemos sobre estas Escrituras, no solo como relatos históricos, sino como palabras vivas que nos desafían a examinar nuestros valores y prioridades. ¿Estamos más enfocados en acumular tesoros terrenales o en asegurar nuestra herencia eterna? Esforcémonos por vivir vidas dignas de la vocación que hemos recibido, invirtiendo en aquello que verdaderamente perdura, y compartiendo las buenas nuevas de esta increíble herencia con otros.