Versículos bíblicos sobre Anhelo
Versículos bíblicos sobre Anhelo
El anhelo, ese profundo deseo interior, es una experiencia humana universal, y la Biblia habla profundamente de este mismo sentimiento. La Escritura revela que nuestros anhelos más profundos son a menudo un reflejo de nuestro deseo por Dios, por conexión y por propósito. Al explorar versículos bíblicos sobre el anhelo, ganamos perspicacia sobre cómo navegar estas poderosas emociones. Descubrimos que Dios entiende nuestros anhelos, ofreciendo consuelo, esperanza y dirección. Estos versículos iluminan el camino hacia el cumplimiento de nuestros verdaderos deseos a través de la fe, la rendición y una relación más profunda con lo divino, llevándonos en última instancia más cerca de la fuente última de satisfacción y paz.
Versículos más útiles
Comienza tu estudio con estos pasajes cuidadosamente seleccionados
Y levantará pendón á las gentes, y juntará los desterrados de Israel, y reunirá los esparcidos de Judá de los cuatro cantones de la tierra.
Alzaré asimismo mis manos á tus mandamientos, que amé; y meditaré en tus estatutos.
Respóndeme presto, oh Jehová que desmaya mi espíritu: no escondas de mí tu rostro, y venga yo á ser semejante á los que descienden á la sepultura.
Scripture Passages
Entonces respondió José, y dijo: Esta es su declaración: Los tres canastillos tres días son;
Purifícame con hisopo, y seré limpio: lávame, y seré emblanquecido más que la nieve.
Y habló con ellos, diciendo: Si tenéis voluntad que yo sepulte mi muerto de delante de mí, oidme, é interceded por mí con Ephrón, hijo de Zohar,
Isaac respondió y dijo á Esaú: He aquí yo le he puesto por señor tuyo, y le he dado por siervos á todos sus hermanos: de trigo y de vino le he provisto: ¿qué, pues, te haré á ti ahora, hijo mío?
Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré á ti, y esperaré.
Pequeño soy yo y desechado; mas no me he olvidado de tus mandamientos.
Oye, oh Jehová, y ten misericordia de mí: Jehová, sé tú mi ayudador.
Y si me dijeres, En Jehová nuestro Dios confiamos; ¿no es éste aquel cuyos altos y cuyos altares hizo quitar Ezechîas, y dijo á Judá y á Jerusalem: Delante de este altar adoraréis?
Muchas veces los libró; mas ellos se rebelaron á su consejo, y fueron humillados por su maldad.
Encamíname en tu verdad, y enséñame; porque tú eres el Dios de mi salud: en ti he esperado todo el día.
Y la casa de Israel lo llamó Maná; y era como simiente de culantro, blanco, y su sabor como de hojuelas con miel.
Y á sus dos hijos; el uno se llamaba Gersom, porque dijo, Peregrino he sido en tierra ajena;
¿Qué es tu amado más que otro amado, oh la más hermosa de todas las mujeres? ¿qué es tu amado más que otro amado, que así nos conjuras?
Y estos son los nombres de los hijos de Israel, que entraron en Egipto, Jacob y sus hijos: Rubén, el primogénito de Jacob.
Buscad á Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano.
Los hijos de Baslith, los hijos de Mehida, los hijos de Harsa,
Rociad, cielos, de arriba, y las nubes destilen la justicia; ábrase la tierra, y prodúzcanse la salud y la justicia; háganse brotar juntamente. Yo Jehová lo crié.
Quizá faltarán de cincuenta justos cinco: ¿destruirás por aquellos cinco toda la ciudad? Y dijo: No la destruiré, si hallare allí cuarenta y cinco.
Porque el marido no está en casa, hase ido á un largo viaje:
Oye, oh Dios nuestro, que somos en menosprecio, y vuelve el baldón de ellos sobre su cabeza, y dalos en presa en la tierra de su cautiverio:
Y SARAI, mujer de Abram, no le paría: y ella tenía una sierva egipcia, que se llamaba Agar.
Abres tu mano, y colmas de bendición á todo viviente.
Huye, amado mío; y sé semejante al gamo, ó al cervatillo, sobre las montañas de los aromas.
Hazme oir por la mañana tu misericordia, porque en ti he confiado: hazme saber el camino por donde ande, porque á ti he alzado mi alma.
Mi alma espera á Jehová más que los centinelas á la mañana, más que los vigilantes á la mañana.
Así comieron los hijos de Israel maná cuarenta años, hasta que entraron en la tierra habitada: maná comieron hasta que llegaron al término de la tierra de Canaán.
Este es mi reposo para siempre: aquí habitaré, porque la he deseado.
COMO el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
EN Dios solamente está acallada mi alma: de él viene mi salud.
Y levantóse Anna después que hubo comido y bebido en Silo; y mientras el sacerdote Eli estaba sentado en una silla junto á un pilar del templo de Jehová,
Y partidos de Succoth, asentaron campo en Etham, á la entrada del desierto.
Esta es la tierra que queda: todos los términos de los Philisteos, y toda Gessuri;
Todo acontece de la misma manera á todos: un mismo suceso ocurre al justo y al impío; al bueno y al limpio y al no limpio; al que sacrifica, y al que no sacrifica: como el bueno, así el que peca; el que jura, como el que teme el juramento.
Y murió Jair, y fué sepultado en Camón.
Y él le respondió: Yo no iré, sino que me marcharé á mi tierra y á mi parentela.
Haga memoria de todos tus presentes, y reduzca á ceniza tu holocausto. (Selah.)
Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, por ver si había algún entendido, que buscara á Dios.
Y llegáronse los días de Israel para morir, y llamó á José su hijo, y le dijo: Si he hallado ahora gracia en tus ojos, ruégote que pongas tu mano debajo de mi muslo, y harás conmigo misericordia y verdad; ruégote que no me entierres en Egipto;
La luna se avergonzará, y el sol se confundirá, cuando Jehová de los ejércitos reinare en el monte de Sión, y en Jerusalem, y delante de sus ancianos fuere glorioso.
Clamo á ti, y no me oyes; preséntome, y no me atiendes.
Los versículos explorados revelan que el anhelo, en sus muchas formas, es una experiencia profundamente humana reconocida y abordada a lo largo de la Biblia. Ya sea un anhelo por la presencia de Dios, un deseo de justicia, una esperanza de restauración o incluso el dolor de deseos terrenales no cumplidos, la Escritura ofrece consuelo, guía y perspectiva. Estos pasajes nos recuerdan que nuestros anhelos no son inherentemente negativos; pueden ser poderosos motivadores que nos acercan más a Dios, impulsándonos a buscarlo con mayor earnestidad y a alinear nuestros deseos con su voluntad. Reflexionando sobre estos versículos, considera qué es lo que verdaderamente anhelas. ¿Están tus deseos arraigados en la satisfacción temporal o en el propósito eterno? Usa tus anhelos como una invitación para profundizar tu relación con Dios, confiando en que Él los cumplirá según su plan perfecto o los transformará en algo aún más significativo.