Versículos bíblicos sobre Pérdida

Arruinóme por todos lados, y perezco; y ha hecho pasar mi esperanza como árbol arrancado.

Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo:

Y vieron los hijos de Benjamín que eran muertos; pues los hijos de Israel habían dado lugar á Benjamín, porque estaban confiados en las emboscadas que habían puesto detrás de Gabaa.

Creí; por tanto hablé, estando afligido en gran manera.

Y los que allí nos habían llevado cautivos nos pedían que cantásemos, y los que nos habían desolado nos pedían alegría, diciendo:

Y comieron toda la hierba de su país, y devoraron el fruto de su tierra.

El entonces dijo: Ve. Y dejóla por dos meses. Y ella fué con sus compañeras, y lloró su virginidad por los montes.

En el año que murió el rey Achâz fué esta carga:

Alzad á los cielos vuestros ojos, y mirad abajo á la tierra: porque los cielos serán deshechos como humo, y la tierra se envejecerá como ropa de vestir, y de la misma manera perecerán sus moradores: mas mi salud será para siempre, mi justicia no perecerá.

Volviéronme mal por bien, para abatir á mi alma.

Y sepultáronlo Isaac é Ismael sus hijos en la cueva de Macpela, en la heredad de Ephrón, hijo de Zoar Hetheo, que está enfrente de Mamre;

Y el número de los que cayeron aquel día, hombres y mujeres, fué doce mil, todos los de Hai.

Y enterráronlo en el término de su heredad en Timnath-sera, en el monte de Ephraim, al norte del monte de Gaas.

Sobre los sauces en medio de ella colgamos nuestras arpas.

He aquí, vienen días en que será llevado á Babilonia todo lo que hay en tu casa, y lo que tus padres han atesorado hasta hoy: ninguna cosa quedará, dice Jehová.

Como la grulla y como la golondrina me quejaba; gemía como la paloma: alzaba en alto mis ojos: Jehová, violencia padezco; confórtame.

Ayúdame, Jehová Dios mío: sálvame conforme á tu misericordia.

Y el rey le dijo: ¿Qué tienes? Y ella respondió: Yo á la verdad soy una mujer viuda y mi marido es muerto.

¿Cuánto más á los malos hombres que mataron á un hombre justo en su casa, y sobre su cama? Ahora pues, ¿no tengo yo de demandar su sangre de vuestras manos, y quitaros de la tierra?

Tales son las sendas de todo el que es dado á la codicia, la cual prenderá el alma de sus poseedores.

ENTONCES Ben-adad rey de Siria juntó á todo su ejército, y con él treinta y dos reyes, con caballos y carros: y subió, y puso cerco á Samaria, y combatióla.

Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Jehová con todo me recogerá.

Mas disparando uno el arco á la ventura, hirió al rey de Israel entre las junturas y el coselete. El entonces dijo al carretero: Vuelve tu mano, y sácame del campo, porque estoy mal herido.

Asimismo derribó la torre de Penuel, y mató á los de la ciudad.

Tu camino y tus obras te hicieron esto, ésta tu maldad: por lo cual amargura penetrará hasta tu corazón.

La tierna y la delicada entre vosotros, que nunca la planta de su pie probó á sentar sobre la tierra, de ternura y delicadeza, su ojo será maligno para con el marido de su seno, y para con su hijo, y para con su hija,

El sepulcro, y la matriz estéril, la tierra no harta de aguas, y el fuego que jamás dice, Basta.

Y salió fuego de delante de Jehová que los quemó, y murieron delante de Jehová.

Para siempre le conservaré mi misericordia; y mi alianza será firme con él.

Y si no tuviere hija, daréis su herencia á sus hermanos:

Porque ¿cómo podré yo ver el mal que alcanzará á mi pueblo? ¿cómo podré yo ver la destrucción de mi nación?

Y sepultáronlo Isaac é Ismael sus hijos en la cueva de Macpela, en la heredad de Ephrón, hijo de Zoar Hetheo, que está enfrente de Mamre;

Y el número de los que cayeron aquel día, hombres y mujeres, fué doce mil, todos los de Hai.

Y libró David todo lo que los Amalecitas habían tomado: y asimismo libertó David á sus dos mujeres.

Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán á Sión con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas: y retendrán el gozo y alegría, y huirá la tristeza y el gemido.

En el día de mi angustia te llamaré: porque tú me respondes.

Yo empero cantaré tu fortaleza, y loaré de mañana tu misericordia: porque has sido mi amparo y refugio en el día de mi angustia.

Y los árboles que quedaren en su bosque, serán en número que un niño los pueda contar.

Y cayeron de Benjamín diez y ocho mil hombres, todos ellos hombres de guerra.

Y nosotros respondimos á mi señor: Tenemos un padre anciano, y un mozo que le nació en su vejez, pequeño aún; y un hermano suyo murió, y él quedó solo de su madre, y su padre lo ama.