Versículos bíblicos sobre Hombre
Versículos bíblicos sobre el Hombre
Entender al "hombre" a través de la Escritura es pivotal para captar la gran narrativa de Dios. La Biblia revela nuestra creación a Su imagen, un testimonio de valor inherente y potencial para conexión divina. Explorar versículos sobre la humanidad ilumina nuestro propósito, luchas y redención ultimate a través de Cristo. Desvela nuestra naturaleza dual – tanto polvo como divinidad – instándonos a abrazar la humildad mientras nos esforzamos por el crecimiento espiritual. Estudiar estos pasajes fomenta la autoconciencia, la compasión por los demás y una comprensión más profunda de nuestro rol en el plan de Dios, empoderándonos para vivir de manera más auténtica y con propósito en Su luz.
Versículos más útiles
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Mas él no la quiso oir; antes pudiendo más que ella la forzó, y echóse con ella.
Si él pusiese sobre el hombre su corazón, y recogiese así su espíritu y su aliento,
Porque vine, y nadie pareció; llamé, y nadie respondió. ¿Ha llegado á acortarse mi mano, para no redimir? ¿no hay en mí poder para librar? He aquí que con mi reprensión hago secar la mar; torno los ríos en desierto, hasta pudrirse sus peces, y morirse de sed por falta de agua.
Scripture Passages
Y ellos respondieron al rey: De aquel hombre que nos destruyó, y que maquinó contra nosotros, para extirparnos sin dejar nada de nosotros en todo el término de Israel;
Y los Gabaonitas le respondieron: No tenemos nosotros querella sobre plata ni sobre oro con Saúl y con su casa: ni queremos que muera hombre de Israel. Y él les dijo: Lo que vosotros dijereis os haré.
El hombre vano se hará entendido, aunque nazca como el pollino del asno montés.
Porque á causa de la mujer ramera es reducido el hombre á un bocado de pan; y la mujer caza la preciosa alma del varón.
¿Tienes tú ojos de carne? ¿ves tú como ve el hombre?
Los esconderás en el secreto de tu rostro de las arrogancias del hombre: los pondrás en un tabernáculo á cubierto de contención de lenguas.
El carpintero tiende la regla, señala aquélla con almagre, lábrala con los cepillos, dale figura con el compás, hácela en forma de varón, á semejanza de hombre hermoso, para estar en casa.
Porque todo el tiempo que el hijo de Isaí viviere sobre la tierra, ni tú serás firme, ni tu reino. Envía pues ahora, y tráemelo, porque ha de morir.
Y oyendo el pueblo esta sensible palabra, vistieron luto, y ninguno se puso sus atavíos:
EXISTÍA entonces Jephté, Galaadita, hombre valiente, hijo de una ramera, al cual había engendrado Galaad.
Entonces corrieron, y tomáronlo de allí, y puesto en medio del pueblo, desde el hombro arriba era más alto que todo el pueblo.
Y el hombre, cuando de él saliere derramamiento de semen, lavará en aguas toda su carne, y será inmundo hasta la tarde.
ENTONCES salieron todos los hijos de Israel, y reunióse la congregación como un solo hombre, desde Dan hasta Beer-seba y la tierra de Galaad, á Jehová en Mizpa.
Y vió allí Judá la hija de un hombre Cananeo, el cual se llamaba Súa; y tomóla, y entró á ella:
Cuando el hombre tuviere en la piel de su carne hinchazón, ó postilla, ó mancha blanca, y hubiere en la piel de su carne como llaga de lepra, será traído á Aarón el sacerdote, ó á uno de los sacerdotes sus hijos:
Y decía Absalom: ¡Quién me pusiera por juez en la tierra, para que viniesen á mí todos los que tienen pleito ó negocio, que yo les haría justicia!
Y él le dijo: Ruégote me des á beber una poca de agua, que tengo sed. Y ella abrió un odre de leche y dióle de beber, y tornóle á cubrir.
De Jehová son los pasos del hombre: ¿cómo pues entenderá el hombre su camino?
Si quisiere contender con él, no le podrá responder á una cosa de mil.
Redímeme de la violencia de los hombres; y guardaré tus mandamientos.
Jehová contará cuando se escribieren los pueblos: Este nació allí. (Selah.)
¿Quién es el hombre que teme á Jehová? El le enseñará el camino que ha de escoger.
Entonces dijo Zeba y Zalmunna: Levántate tú, y mátanos; porque como es el varón, tal es su valentía. Y Gedeón se levantó, y mató á Zeba y á Zalmunna; y tomó los adornos de lunetas que sus camellos traían al cuello.
Asimismo el hombre ó mujer, cuando en la piel de su carne tuviere manchas, manchas blancas,
¿Cómo pues se justificará el hombre con Dios? ¿y cómo será limpio el que nace de mujer?
Y si alguno quisiere redimir algo de sus décimas, añadirá su quinto á ello.
EN aquellos días, cuando no había rey en Israel, hubo un Levita que moraba como peregrino en los lados del monte de Ephraim, el cual se había tomado mujer concubina de Beth-lehem de Judá.
Danos socorro en la angustia: porque mentirosa es la salud del hombre.
Y si alguno abriere hoyo, ó cavare cisterna, y no la cubriere, y cayere allí buey ó asno,
Jehová contará cuando se escribieren los pueblos: Este nació allí. (Selah.)
El camino del hombre perverso es torcido y extraño: mas la obra del limpio es recta.
Y subía aquel varón todos los años de su ciudad, á adorar y sacrificar á Jehová de los ejércitos en Silo, donde estaban dos hijos de Eli, Ophni y Phinees, sacerdotes de Jehová.
Entonces contará los años de su venta, y pagará lo que quedare al varón á quien vendió, y volverá á su posesión.
El necio multiplica palabras: no sabe hombre lo que ha de ser; ¿y quién le hará saber lo que después de él será?
Los esconderás en el secreto de tu rostro de las arrogancias del hombre: los pondrás en un tabernáculo á cubierto de contención de lenguas.
Y díjoles Gedeón: Deseo haceros una petición, que cada uno me dé los zarcillos de su despojo. (Porque traían zarcillos de oro, que eran Ismaelitas.)
Y Moisés acordó en morar con aquel varón; y él dió á Moisés á su hija Séphora:
Y cualquier varón de los hijos de Israel, ó de los extranjeros que peregrinan entre ellos, que cogiere caza de animal ó de ave que sea de comer, derramará su sangre y cubrirála con tierra:
Y ellos respondieron: Quita allá: y añadieron: Vino éste aquí para habitar como un extraño, ¿y habrá de erigirse en juez? Ahora te haremos más mal que á ellos. Y hacían gran violencia al varón, á Lot, y se acercaron para romper las puertas.
Miré, y no había ninguno; y pregunté de estas cosas, y ningún consejero hubo: preguntéles, y no respondieron palabra.
Explorar estos versículos bíblicos sobre el hombre revela una narrativa profunda: desde la creación a imagen de Dios, imbuidos de propósito y dominio, hasta la humillante realidad de nuestra naturaleza caída y la subsiguiente necesidad de redención. Estas Escrituras subrayan nuestro valor inherente, capacidad espiritual y la pesada responsabilidad de la mayordomía. En última instancia, pintan un cuadro de la humanidad como tanto magnífica como defectuosa, capaz de gran amor y pecado devastador. Meditar en estos pasajes invita a la introspección. ¿Cómo estamos reflejando la imagen de Dios en nuestras vidas diarias? ¿Estamos persiguiendo activamente la rectitud y cumpliendo nuestro propósito dado por Dios? Que estos versículos sirvan como un recordatorio constante de nuestro potencial para el bien, la llamada siempre presente a la humildad y el poder transformador de la gracia de Dios en moldearnos en los individuos que Él pretendió que fuéramos.