Versículos bíblicos sobre Orgullo
Versículos bíblicos sobre el Orgullo
Explorar lo que dice la Biblia sobre el orgullo ofrece un camino hacia una humildad más profunda y el crecimiento espiritual. Comprender el orgullo, visto a través de la Escritura, es esencial para cultivar un corazón que se alinee con la voluntad de Dios. Estos versos iluminan la naturaleza destructiva de la arrogancia y la autosuficiencia, guiándonos hacia el reconocimiento de nuestra dependencia de la gracia divina. Al estudiar estos pasajes, podemos aprender a identificar el orgullo dentro de nosotros mismos y elegir activamente la humildad, allanando el camino para conexiones más fuertes con Dios y con los demás. Abrazar la humildad fomenta la empatía, la compasión y un espíritu de servicio, permitiéndonos vivir de manera más auténtica y de acuerdo con el diseño amoroso de Dios.
Versículos más útiles
Comienza tu estudio con estos pasajes cuidadosamente seleccionados
Y Ada parió á Jabal, el cual fué padre de los que habitan en tiendas, y crían ganados.
Y conoció Caín á su mujer, la cual concibió y parió á Henoch: y edificó una ciudad, y llamó el nombre de la ciudad del nombre de su hijo, Henoch.
Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra.
Scripture Passages
Y Abram era riquísimo en ganado, en plata y oro.
Y Zilpa, sierva de Lea, parió á Jacob un hijo.
Y el varón se engrandeció, y fué adelantando y engrandeciéndose, hasta hacerse muy poderoso:
Y bendijeron á Rebeca, y dijéronle: Nuestra hermana eres; seas en millares de millares, y tu generación posea la puerta de sus enemigos.
Y tuvo hato de ovejas, y hato de vacas, y grande apero; y los Filisteos le tuvieron envidia.
Bendita sea entre las mujeres Jael, mujer de Heber Cineo; sobre las mujeres bendita sea en la tienda.
Y vosotras sabéis que con todas mis fuerzas he servido á vuestro padre:
Y creció el niño, y fué destetado; é hizo Abraham gran banquete el día que fué destetado Isaac.
Y Zilla también parió á Tubal-Caín, acicalador de toda obra de metal y de hierro: y la hermana de Tubal-Caín fué Naama.
Y vivió Adam ciento y treinta años, y engendró un hijo á su semejanza, conforme á su imagen, y llamó su nombre Seth.
Estos fueron los hijos de Sem por sus familias, por sus lenguas, en sus tierras, en sus naciones.
También le nacieron hijos á Sem, padre de todos los hijos de Heber, y hermano mayor de Japhet.
Y vivió Serug, después que engendró á Nachôr, doscientos años, y engendró hijos é hijas.
La menor también parió un hijo, y llamó su nombre Ben-ammí, el cual es padre de los Ammonitas hasta hoy.
Estos son los hijos de Ismael, y estos sus nombres, por sus villas y por sus campamentos; doce príncipes por sus familias.
Sírvante pueblos, y naciones se inclinen á ti: sé señor de tus hermanos, e inclínense á ti los hijos de tu madre: malditos los que te maldijeren, y benditos los que te bendijeren.
Y Ada parió á Esaú á Eliphaz; y Basemath parió á Reuel.
Y estos son los hijos de Aholibama, mujer de Esaú: el duque Jeús, el duque Jaalam, y el duque Cora: estos fueron los duques que salieron de Aholibama, mujer de Esaú, hija de Ana.
Y siendo Noé de quinientos años, engendró á Sem, Châm, y á Japhet.
Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y púsolo en la mano de José, é hízole vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello;
Y oyóse la noticia en la casa de Faraón, diciendo: Los hermanos de José han venido. Y plugo en los ojos de Faraón y de sus siervos.
Y nacieron á José en la tierra de Egipto Manasés y Ephraim, los que le parió Asenath, hija de Potipherah, sacerdote de On.
Y Faraón dijo á sus hermanos: ¿Cuál es vuestro oficio? Y ellos respondieron á Faraón: Pastores de ovejas son tus siervos, así nosotros como nuestros padres.
Y ahora tus dos hijos Ephraim y Manasés, que te nacieron en la tierra de Egipto, antes que viniese á ti á la tierra de Egipto, míos son; como Rubén y Simeón, serán míos:
Entonces Israel extendió su diestra, y púsola sobre la cabeza de Ephraim, que era el menor, y su siniestra sobre la cabeza de Manasés, colocando así sus manos adrede, aunque Manasés era el primogénito.
Y yo te he dado á ti una parte sobre tus hermanos, la cual tomé yo de mano del Amorrheo con mi espada y con mi arco.
Cachorro de león Judá: de la presa subiste, hijo mío: encorvóse, echóse como león, así como león viejo; ¿quién lo despertará?
Dan juzgará á su pueblo, como una de las tribus de Israel.
Las bendiciones de tu padre fueron mayores que las bendiciones de mis progenitores: hasta el término de los collados eternos serán sobre la cabeza de José, y sobre la mollera del Nazareo de sus hermanos.
Y vió José los hijos de Ephraim hasta la tercera generación: también los hijos de Machîr, hijo de Manasés, fueron criados sobre las rodillas de José.
Y los hijos de Israel crecieron, y multiplicaron, y fueron aumentados y corroborados en extremo; y llenóse la tierra de ellos.
Y los hijos de Gersón: Libni, y Shimi, por sus familias.
Ahora conozco que Jehová es grande más que todos los dioses; hasta en lo que se ensoberbecieron contra ellos.
Y vosotros seréis mi reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás á los hijos de Israel.
Y tomarás dos piedras oniquinas, y grabarás en ellas los nombres de los hijos de Israel:
Y serán aquellas piedras según los nombres de los hijos de Israel, doce según sus nombres; como grabaduras de sello cada una con su nombre, vendrán á ser según las doce tribus.
Además todas las mujeres sabias de corazón hilaban de sus manos, y traían lo que habían hilado: cárdeno, ó púrpura, ó carmesí, ó lino fino.
Y en obra de pedrería para engastar, y en obra de madera, para trabajar en toda invención ingeniosa.
Y con él estaba Aholiab, hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan, artífice, y diseñador, y recamador en jacinto, y púrpura, y carmesí, y lino fino.
Y labraron las piedras oniquinas cercadas de engastes de oro, grabadas de grabadura de sello con los nombres de los hijos de Israel:
La condena consistente de la Biblia al orgullo, iluminada por estos versos, subraya su naturaleza destructiva y la oposición de Dios hacia él. Desde las advertencias de los Proverbios contra corazones altivos hasta las enseñanzas de Jesús sobre la humildad, emerge un mensaje claro: el orgullo obstaculiza nuestra relación con Dios y con los demás. Por el contrario, la humildad fomenta la gracia, la comprensión y la conexión genuina. Estos versos sirven como un espejo poderoso, impulsando la autorreflexión sobre nuestras propias actitudes y motivaciones. Cultivar un espíritu humilde, arraigado en la dependencia de Dios y el servicio a los demás, no es meramente una virtud, sino un camino hacia la verdadera realización y el favor divino. Que estas palabras nos desafíen a examinar nuestras vidas y elegir activamente la humildad sobre la trampa sutil pero omnipresente del orgullo, alineando nuestros corazones con la voluntad de Dios y experimentando las bendiciones de una vida vivida en su gracia.