Versículos bíblicos sobre Provisión
Versículos bíblicos sobre la Provisión
Comprender la provisión de Dios a través de las Escrituras es un viaje al corazón de su amor y cuidado inquebrantables. Estos versos ofrecen más que solo consuelo; revelan una verdad fundamental sobre nuestra relación con lo Divino. Al explorar estos pasajes, descubrimos que la provisión no se trata meramente de necesidades materiales, sino que abarca nutrición espiritual, fuerza emocional y guía inquebrantable. Es una invitación a confiar en un poder mayor que nosotros mismos, a liberar las ansiedades y a abrazar la abundancia que fluye de una vida vivida en fe. Medita en estas palabras, deja que resuenen dentro de ti y experimenta el poder transformador de la promesa de Dios de proveer para todos los que lo buscan.
Versículos más útiles
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El da mantenimiento á toda carne, porque para siempre es su misericordia.
Y panes sin levadura, y tortas sin levadura amasadas con aceite, y hojaldres sin levadura untadas con aceite; las cuales cosas harás de flor de harina de trigo:
La tierna y la delicada entre vosotros, que nunca la planta de su pie probó á sentar sobre la tierra, de ternura y delicadeza, su ojo será maligno para con el marido de su seno, y para con su hijo, y para con su hija,
Scripture Passages
El hombre será harto de bien del fruto de su boca: y la paga de las manos del hombre le será dada.
Gustad, y ved que es bueno Jehová: dichoso el hombre que confiará en él.
Los cuales, luego que te hayan saludado, te darán dos panes, los que tomarás de manos de ellos.
A ninguna viuda ni huérfano afligiréis.
Y sacóme á anchura: libróme, porque se agradó de mí.
Y los bendice, y se multiplican en gran manera; y no disminuye sus bestias.
Y de mano de hijo de extranjero no ofreceréis el pan de vuestro Dios de todas estas cosas; porque su corrupción está en ellas: hay en ellas falta, no se os aceptarán.
Cuando hubieres acabado de diezmar todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el año del diezmo, darás también al Levita, al extranjero, al huérfano y á la viuda; y comerán en tus villas, y se saciarán.
Y en ti confiarán los que conocen tu nombre; por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste á los que te buscaron.
Vino ella luego, y contólo al varón de Dios, el cual dijo: Ve, y vende el aceite, y paga á tus acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que quedare.
Que quizá no comas y te hartes, y edifiques buenas casas en que mores,
Daré también hierba en tu campo para tus bestias; y comerás, y te hartarás.
Porque Ezechîas rey de Judá había dado á la multitud mil novillos y siete mil ovejas; y también los príncipes dieron al pueblo mil novillos y diez mil ovejas: y muchos sacerdotes se santificaron.
Y Moisés respondió: Tú también nos entregarás sacrificios y holocaustos que sacrifiquemos á Jehová nuestro Dios.
E invócame en el día de la angustia: te libraré, y tú me honrarás.
Y venía Isaac del pozo del Viviente que me ve; porque él habitaba en la tierra del Mediodía;
Que da la lluvia sobre la haz de la tierra, y envía las aguas por los campos:
Y los ejidos de las ciudades que daréis á los Levitas, serán mil codos alrededor, desde el muro de la ciudad para afuera.
Un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
Y si alguno engañare á alguna doncella que no fuere desposada, y durmiere con ella, deberá dotarla y tomarla por mujer.
De allí partieron á Gudgod, y de Gudgod á Jotbath, tierra de arroyos de aguas.
En el sexto día recogieron doblada comida, dos gomeres para cada uno: y todos los príncipes de la congregación vinieron á Moisés, y se lo hicieron saber.
Y ABRAHAM era viejo, y bien entrado en días; y Jehová había bendecido á Abraham en todo.
Porque aun hasta ahora no habéis entrado al reposo y á la heredad que os da Jehová vuestro Dios.
Yo estoy afligido y menesteroso; apresúrate á mí, oh Dios: ayuda mía y mi libertador eres tú; oh Jehová, no te detengas.
Porque yo me volveré á vosotros, y os haré crecer, y os multiplicaré, y afirmaré mi pacto con vosotros:
Y comerá el fruto de tu bestia y el fruto de tu tierra, hasta que perezcas: y no te dejará grano, ni mosto, ni aceite, ni la cría de tus vacas, ni los rebaños de tus ovejas, hasta destruirte.
Y aconteció también que un día pasaba Eliseo por Sunem; y había allí una mujer principal, la cual le constriñó á que comiese del pan: y cuando por allí pasaba, veníase á su casa á comer del pan.
De aquí adelante no daréis paja al pueblo para hacer ladrillo, como ayer y antes de ayer; vayan ellos y recojan por sí mismos la paja:
Y venía Isaac del pozo del Viviente que me ve; porque él habitaba en la tierra del Mediodía;
Que da la lluvia sobre la haz de la tierra, y envía las aguas por los campos:
Y venida la tarde subieron codornices que cubrieron el real; y á la mañana descendió rocío en derredor del real.
Estando aún él hablando con ellos, Rachêl vino con el ganado de su padre, porque ella era la pastora.
Que hace derecho á los agraviados; que da pan á los hambrientos: Jehová suelta á los aprisionados;
Partieron, pues, los hijos de Israel de Rameses, y asentaron campo en Succoth.
En los altos abriré ríos, y fuentes en mitad de los llanos: tornaré el desierto en estanques de aguas, y en manaderos de aguas la tierra seca.
Y DIERON aviso á David, diciendo: He aquí que los Filisteos combaten á Keila, y roban las eras.
Y esté aquella provisión en depósito para el país, para los siete años del hambre que serán en la tierra de Egipto; y el país no perecerá de hambre.
Y edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas.
Y el sacerdote que ofreciere holocausto de alguno, el cuero del holocausto que ofreciere, será para él.
En esencia, los versos bíblicos destacados iluminan el compromiso inquebrantable de Dios con la provisión. Desde el maná en el desierto del Antiguo Testamento hasta la promesa de pan diario en el Nuevo Testamento, las Escrituras revelan consistentemente a un Dios que anticipa y satisface las necesidades de su pueblo. Estos versos nos animan a desechar las ansiedades, confiando en un proveedor divino que conoce nuestras necesidades incluso antes de que las pidamos. Nos recuerdan que la provisión se extiende más allá de la riqueza material para abarcar el cumplimiento espiritual, emocional y relacional. Mientras reflexionas sobre estos pasajes, considera dónde podrías estar aferrándote al control y resistiendo la provisión de Dios en tu vida. Abraza la invitación a rendir tus preocupaciones, cultivar un espíritu de gratitud y buscar activamente oportunidades para extender la provisión de Dios a otros. Al hacerlo, no solo experimentamos su fidelidad, sino que también nos convertimos en conductos de su bendición en un mundo que anhela esperanza y sustento.