Versículos bíblicos sobre Remordimiento
Versículos bíblicos sobre el Remordimiento
El arrepentimiento, una experiencia humana universal, a menudo pesa fuertemente en nuestros corazones y mentes. Pero dentro de las sagradas escrituras, encontramos no solo el reconocimiento de esta emoción, sino también una guía profunda y esperanza para navegar sus complejidades. Explorar versos bíblicos sobre el arrepentimiento nos permite entender la perspectiva de Dios sobre nuestros errores pasados e imperfecciones. Revela que el arrepentimiento, cuando se reconoce y se entrega, puede ser un catalizador para el crecimiento espiritual, el arrepentimiento y una conexión más profunda con la gracia y el perdón ilimitados de Dios. A través de la escritura, descubrimos el camino para liberar las cargas del pasado y abrazar la promesa de un futuro lleno de propósito y redención.
Versículos más útiles
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Como fuego que quema el monte, como llama que abrasa las breñas.
PERECE el justo, y no hay quien pare mientes; y los píos son recogidos, y no hay quien entienda que delante de la aflicción es recogido el justo.
Porque los hijos de Israel subieron, y lloraron delante de Jehová hasta la tarde, y consultaron con Jehová, diciendo: ¿Tornaré á pelear con los hijos de Benjamín mi hermano? Y Jehová les respondió: Subid contra él.
Scripture Passages
Mi padre me conjuró diciendo: He aquí yo muero; en mi sepulcro que yo cavé para mí en la tierra de Canaán, allí me sepultarás; ruego pues que vaya yo ahora, y sepultaré á mi padre, y volveré.
Porque han consumido á Jacob, y su morada han asolado.
AUNQUE no será esta oscuridad tal como la aflicción que le vino en el tiempo que livianamente tocaron la primera vez á la tierra de Zabulón, y á la tierra de Nephtalí; y después cuando agravaron por la vía de la mar, de esa parte del Jordán, en Galilea de las gentes.
Entonces no sería yo avergonzado, cuando atendiese á todos tus mandamientos.
El indolente no chamuscará su caza: mas el haber precioso del hombre es la diligencia.
Y vendrán navíos de la costa de Cittim, y afligirán á Assur, afligirán también á Eber: mas él también perecerá para siempre.
¡AY de la corona de soberbia, de los ebrios de Ephraim, y de la flor caduca de la hermosura de su gloria, que está sobre la cabeza del valle fértil de los aturdidos del vino!
Miré, y he aquí el Carmelo desierto, y todas sus ciudades eran asoladas á la presencia de Jehová, á la presencia del furor de su ira.
Y aun mientras va el necio por el camino, fáltale su cordura, y dice á todos, que es necio.
Mas la mujer, cuando hiciere voto á Jehová, y se ligare con obligación en casa de su padre, en su mocedad;
Como tu siervo salió por fiador del mozo con mi padre, diciendo: Si no te lo volviere, entonces yo seré culpable para mi padre todos los días;
Y la mano de Madián prevaleció contra Israel. Y los hijos de Israel, por causa de los Madianitas, se hicieron cuevas en los montes, y cavernas, y lugares fuertes.
Aleja de ella tu camino, y no te acerques á la puerta de su casa;
Tú pues harás conforme á tu sabiduría; no dejarás descender sus canas á la huesa en paz.
Y allanará la fortaleza de tus altos muros: la humillará y echará á tierra, hasta el polvo.
Empero guardaos vosotros del anatema, que ni toquéis, ni toméis alguna cosa del anatema, porque no hagáis anatema el campo de Israel, y lo turbéis.
Entonces llegóse Aarón al altar; y degolló su becerro de la expiación que era por él.
Mira la tierra de los Caldeos; este pueblo no era; Assur la fundó para los que habitaban en el desierto: levantaron sus fortalezas, edificaron sus palacios; él la convirtió en ruinas.
Hijo de Chârmi fué Achâr, el que alborotó á Israel, porque prevaricó en el anatema.
El que labra su tierra, se hartará de pan: mas el que sigue los vagabundos es falto de entendimiento.
A sus hijos que quedaron en la tierra después de ellos, que los hijos de Israel no pudieron acabar, hizo Salomón que sirviesen con tributo hasta hoy.
Y ahora ¿qué á mí aquí, dice Jehová, ya que mi pueblo sea llevado sin por qué? Y los que en él se enseñorean, lo hacen aullar, dice Jehová, y continuamente es blasfemado mi nombre todo el día.
Jehová, Dios de Israel, tú eres justo: pues que hemos quedado algunos salvos, como este día, henos aquí delante de ti en nuestros delitos; porque no es posible subsistir en tu presencia á causa de esto.
Entonces Abimelech tomó ovejas y vacas, y siervos y siervas, y diólo á Abraham, y devolvióle á Sara su mujer.
Y á causa de toda su malicia, proferiré mis juicios contra los que me dejaron, é incensaron á dioses extraños, y á hechuras de sus manos se encorvaron.
Con tal que vosotros no hagáis alianza con los moradores de aquesta tierra, cuyos altares habéis de derribar: mas vosotros no habéis atendido á mi voz: ¿por qué habéis hecho esto?
Y tomando sus huesos, sepultáronlos debajo de un árbol en Jabes, y ayunaron siete días.
Sobre el monte alto y empinado pusiste tu cama: allí también subiste á hacer sacrificio.
Mas en muriendo el juez, ellos se tornaban, y se corrompían más que sus padres, siguiendo dioses ajenos para servirles, é inclinándose delante de ellos; y nada disminuían de sus obras, ni de su duro camino.
Mas tú desechaste y menospreciaste á tu ungido; y te has airado con él.
El que hiere algún animal, ha de restituirlo; mas el que hiere de muerte á un hombre, que muera.
Jehová te ha dado el pago de toda la sangre de la casa de Saúl, en lugar del cual tú has reinado: mas Jehová ha entregado el reino en mano de tu hijo Absalom; y hete aquí sorprendido en tu maldad, porque eres varón de sangres.
Para que el agravio de los setenta hijos de Jerobaal, y la sangre de ellos, viniera á ponerse sobre Abimelech su hermano que los mató, y sobre los hombres de Sichêm que corroboraron las manos de él para matar á sus hermanos.
Y FUÉ Samsón á Gaza, y vió allí una mujer ramera, y entró á ella.
De la cárcel y del juicio fué quitado; y su generación ¿quién la contará? Porque cortado fué de la tierra de los vivientes; por la rebelión de mi pueblo fué herido.
Porque resueltamente se rebelaron contra mí la casa de Israel y la casa de Judá, dice Jehová.
Pues haces frente á Dios con tu espíritu, y sacas tales palabras de tu boca?
Ten misericordia de mí, oh Jehová, que estoy en angustia: hanse consumido de pesar mis ojos, mi alma, y mis entrañas.
Pruébame, oh Jehová, y sondéame: examina mis riñones y mi corazón.
Era pues Israel en gran manera empobrecido por los Madianitas; y los hijos de Israel clamaron á Jehová.
La Biblia ofrece una riqueza de sabiduría para navegar la compleja emoción del arrepentimiento. A través de versos que representan el arrepentimiento, el perdón y la redención, vemos que morar en errores pasados no necesita definir nuestro futuro. En cambio, el arrepentimiento puede servir como catalizador para un cambio positivo, instándonos a buscar reconciliación, aprender lecciones valiosas y reorientar nuestras vidas hacia la voluntad de Dios. Estas escrituras nos animan a reconocer nuestras faltas, confesarlas honestamente y abrazar la gracia ofrecida a través de la fe. En lugar de quedar paralizados por el remordimiento, podemos encontrar libertad en reconocer nuestra necesidad de intervención divina y esforzarnos por vivir de manera más intencional, guiados por principios bíblicos. Que estos versos inspiren la autorreflexión, alimenten el crecimiento personal y, en última instancia, lleven a una vida caracterizada por la fe, el propósito y una perspectiva esperanzadora, dejando el arrepentimiento en las manos capaces de un Dios amoroso y perdonador.