Versículos bíblicos sobre Sara
Versículos bíblicos sobre Sara
Adentrarse en las escrituras para comprender el viaje de Sara es una poderosa manera de enriquecer nuestra fe. Su historia, tejida a través de pruebas de infertilidad, fe inquebrantable y, en última instancia, el nacimiento milagroso de Isaac, ofrece lecciones profundas. Al explorar los versos dedicados a Sara, obtenemos perspicacia en las promesas de Dios, su timing y su compromiso inquebrantable con aquellos que confían en Él. Su vida, tal como se revela en la Biblia, nos anima a perseverar a través de nuestros propios desafíos, sabiendo que con fe, incluso lo aparentemente imposible puede realizarse según el plan divino de Dios. Que la historia de Sara encienda tu espíritu y profundice tu comprensión de la gracia de Dios.
Versículos más útiles
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Y el nombre de la hija de Aser fué Sera.
Corona de los viejos son los hijos de los hijos; y la honra de los hijos, sus padres.
Y ella me respondiere, Bebe tú, y también para tus camellos sacaré agua: ésta sea la mujer que destinó Jehová para el hijo de mi señor.
Scripture Passages
Porque había del todo cerrado Jehová toda matriz de la casa de Abimelech, á causa de Sara mujer de Abraham.
Entonces Abraham cayó sobre su rostro, y rióse, y dijo en su corazón: ¿A hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿y Sara, ya de noventa años, ha de parir?
Corona de los viejos son los hijos de los hijos; y la honra de los hijos, sus padres.
Y Abraham y Sara eran viejos, entrados en días: á Sara había cesado ya la costumbre de las mujeres.
Y Abraham y Sara eran viejos, entrados en días: á Sara había cesado ya la costumbre de las mujeres.
Los hartos se alquilaron por pan: y cesaron los hambrientos: hasta parir siete la estéril, y la que tenía muchos hijos enfermó.
Porque había del todo cerrado Jehová toda matriz de la casa de Abimelech, á causa de Sara mujer de Abraham.
Entonces dijo: De cierto volveré á ti según el tiempo de la vida, y he aquí, tendrá un hijo Sara tu mujer. Y Sara escuchaba á la puerta de la tienda, que estaba detrás de él.
Entonces Abimelech tomó ovejas y vacas, y siervos y siervas, y diólo á Abraham, y devolvióle á Sara su mujer.
Y los hijos se combatían dentro de ella; y dijo: Si es así ¿para qué vivo yo? Y fué á consultar á Jehová.
No, señor mío, óyeme: te doy la heredad, y te doy también la cueva que está en ella; delante de los hijos de mi pueblo te la doy; sepulta tu muerto.
En tu simiente serán benditas todas las gentes de la tierra, por cuanto obedeciste á mi voz.
E introdújola Isaac á la tienda de su madre Sara, y tomó á Rebeca por mujer; y amóla: y consolóse Isaac después de la muerte de su madre.
Oye, hijo mío, la doctrina de tu padre, y no desprecies la dirección de tu madre:
Entonces Jehová dijo á Abraham: ¿Por qué se ha reído Sara diciendo: Será cierto que he de parir siendo ya vieja?
Y los hijos se combatían dentro de ella; y dijo: Si es así ¿para qué vivo yo? Y fué á consultar á Jehová.
El que halló esposa halló el bien, y alcanzó la benevolencia de Jehová.
No, señor mío, óyeme: te doy la heredad, y te doy también la cueva que está en ella; delante de los hijos de mi pueblo te la doy; sepulta tu muerto.
En tu simiente serán benditas todas las gentes de la tierra, por cuanto obedeciste á mi voz.
E inclinéme, y adoré á Jehová, y bendije á Jehová, Dios de mi señor Abraham, que me había guiado por camino de verdad para tomar la hija del hermano de mi señor para su hijo.
Y á la verdad también es mi hermana, hija de mi padre, mas no hija de mi madre, y toméla por mujer.
Y ella me respondiere, Bebe tú, y también para tus camellos sacaré agua: ésta sea la mujer que destinó Jehová para el hijo de mi señor.
¿No me dijo él: Mi hermana es; y ella también dijo: Es mi hermano? Con sencillez de mi corazón, y con limpieza de mis manos he hecho esto.
Y dióse prisa, y vació su cántaro en la pila, y corrió otra vez al pozo para sacar agua, y sacó para todos sus camellos.
Y estas son las generaciones de Ismael, hijo de Abraham, que le parió Agar Egipcia, sierva de Sara:
Entonces Jehová dijo á Abraham: ¿Por qué se ha reído Sara diciendo: Será cierto que he de parir siendo ya vieja?
No, señor mío, óyeme: te doy la heredad, y te doy también la cueva que está en ella; delante de los hijos de mi pueblo te la doy; sepulta tu muerto.
En tu simiente serán benditas todas las gentes de la tierra, por cuanto obedeciste á mi voz.
Y ella me respondiere, Bebe tú, y también para tus camellos sacaré agua: ésta sea la mujer que destinó Jehová para el hijo de mi señor.
Corona de los viejos son los hijos de los hijos; y la honra de los hijos, sus padres.
Los hartos se alquilaron por pan: y cesaron los hambrientos: hasta parir siete la estéril, y la que tenía muchos hijos enfermó.
Las más avisadas de sus damas le respondían; y aun ella se respondía á sí misma.
¿No me dijo él: Mi hermana es; y ella también dijo: Es mi hermano? Con sencillez de mi corazón, y con limpieza de mis manos he hecho esto.
Y dióse prisa, y vació su cántaro en la pila, y corrió otra vez al pozo para sacar agua, y sacó para todos sus camellos.
Entonces Sara negó diciendo: No me reí; porque tuvo miedo. Y él dijo: No es así, sino que te has reído.
Los hartos se alquilaron por pan: y cesaron los hambrientos: hasta parir siete la estéril, y la que tenía muchos hijos enfermó.
Corona de los viejos son los hijos de los hijos; y la honra de los hijos, sus padres.
E introdújola Isaac á la tienda de su madre Sara, y tomó á Rebeca por mujer; y amóla: y consolóse Isaac después de la muerte de su madre.
Y el nombre de la hija de Aser fué Sera.
Entonces dijo: De cierto volveré á ti según el tiempo de la vida, y he aquí, tendrá un hijo Sara tu mujer. Y Sara escuchaba á la puerta de la tienda, que estaba detrás de él.
La historia de Sara, tejida a través de estos versos, pinta un retrato convincente de fe probada y en última instancia recompensada. Desde su risa inicial ante la perspectiva de dar a luz un hijo en la vejez (Génesis 18:12) hasta el eventual nacimiento de Isaac (Génesis 21:6), su viaje demuestra el poder transformador de creer en las promesas de Dios, incluso cuando parecen imposibles. Estos versos destacan temas de paciencia, confianza y la naturaleza milagrosa de la intervención divina. Reflexionar sobre las experiencias de Sara puede animarnos a examinar nuestra propia fe frente a la adversidad. ¿Realmente creemos en las promesas de Dios para nuestras vidas, incluso cuando las circunstancias sugieren lo contrario? Que el legado inquebrantable de Sara nos inspire a cultivar una dependencia más profunda en Dios, reconociendo que Él es capaz de cumplir su palabra de maneras que no podemos comprender, trayendo gozo y bendiciones más allá de nuestras expectativas.