Versículos bíblicos sobre Ovejas
Versículos bíblicos sobre las ovejas
Explorar el simbolismo de las ovejas en la Biblia ofrece profundas percepciones espirituales. A lo largo de la escritura, somos repetidamente comparados con ovejas, criaturas conocidas por su dependencia y necesidad de guía. Entender esta analogía nos permite reconocer nuestra propia dependencia de Dios, nuestro Pastor. Los versos sobre ovejas iluminan el tierno cuidado, protección y amor incondicional que Él ofrece. Al estudiar estos pasajes, ganamos una apreciación más profunda por Su sacrificio, Su vigilancia constante y la paz que viene de confiar en Su guía. Que estos versos te guíen a una relación más cercana e íntima con el Buen Pastor, quien conoce y ama a cada una de Sus ovejas íntimamente.
Versículos más útiles
Comienza tu estudio con estos pasajes cuidadosamente seleccionados
Y vino Absalom al rey, y díjole: He aquí, tu siervo tiene ahora esquiladores: yo ruego que venga el rey y sus siervos con tu siervo.
Y él le dijo: Ve ahora, mira cómo están tus hermanos y cómo están las ovejas, y tráeme la respuesta. Y enviólo del valle de Hebrón, y llegó á Sichêm.
También los hijos de Israel y de Judá, que habitaban en las ciudades de Judá, dieron del mismo modo los diezmos de las vacas y de las ovejas: y trajeron los diezmos de lo santificado, de las cosas que habían prometido á Jehová su Dios, y pusiéronlos por montones.
Scripture Passages
Y hería David el país, y no dejaba á vida hombre ni mujer: y llevábase las ovejas y las vacas y los asnos y los camellos y las ropas; y volvía, y veníase á Achîs.
Porque él es nuestro Dios; nosotros el pueblo de su dehesa, y ovejas de su mano. Si hoy oyereis su voz,
Y él respondió: Busco á mis hermanos: ruégote que me muestres dónde pastan.
Hannos sido por muro de día y de noche, todos los días que hemos estado con ellos apacentando las ovejas.
Y comerá el fruto de tu bestia y el fruto de tu tierra, hasta que perezcas: y no te dejará grano, ni mosto, ni aceite, ni la cría de tus vacas, ni los rebaños de tus ovejas, hasta destruirte.
Y fué la presa, el resto de la presa que tomaron los hombres de guerra, seiscientas y setenta y cinco mil ovejas,
Y destruyeron todo lo que en la ciudad había; hombres y mujeres, mozos y viejos, hasta los bueyes, y ovejas, y asnos, á filo de espada.
Hannos sido por muro de día y de noche, todos los días que hemos estado con ellos apacentando las ovejas.
Y dijo: Os ruego, hermanos míos, que no hagáis tal maldad.
Y este será el derecho de los sacerdotes de parte del pueblo, de los que ofrecieren en sacrificio buey ó cordero: darán al sacerdote la espalda, y las quijadas, y el cuajar.
Y apartarás para Jehová el tributo de los hombres de guerra, que salieron á la guerra: de quinientos uno, así de las personas como de los bueyes, de los asnos, y de las ovejas:
Mas el primogénito de vaca, y el primogénito de oveja, y el primogénito de cabra, no redimirás; santificados son: la sangre de ellos rociarás sobre el altar, y quemarás la grosura de ellos, ofrenda encendida en olor suave á Jehová.
Y este será el derecho de los sacerdotes de parte del pueblo, de los que ofrecieren en sacrificio buey ó cordero: darán al sacerdote la espalda, y las quijadas, y el cuajar.
Bendito el fruto de tu vientre, y el fruto de tu bestia, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas.
Y él dijo: He aquí el día es aún grande; no es tiempo todavía de recoger el ganado; abrevad las ovejas, é id á apacentarlas.
Estando aún él hablando con ellos, Rachêl vino con el ganado de su padre, porque ella era la pastora.
Y oyéndole hablar Eliab su hermano mayor con aquellos hombres, Eliab se encendió en ira contra David, y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿y á quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón, que para ver la batalla has venido.
Así harás con el de tu buey y de tu oveja: siete días estará con su madre, y al octavo día me lo darás.
Tomaron sus ovejas y vacas y sus asnos, y lo que había en la ciudad y en el campo,
Y fueron sus hermanos á apacentar las ovejas de su padre en Sichêm.
Y puso tres días de camino entre sí y Jacob: y Jacob apacentaba las otras ovejas de Labán.
Maldito el fruto de tu vientre, y el fruto de tu tierra, y la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas.
Y dijo: Os ruego, hermanos míos, que no hagáis tal maldad.
Diez bueyes engordados, y veinte bueyes de pasto, y cien ovejas; sin los ciervos, cabras, búfalos, y aves engordadas.
Un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
Y darás el dinero por todo lo que deseare tu alma, por vacas, ó por ovejas, ó por vino, ó por sidra, ó por cualquier cosa que tu alma te demandare: y comerás allí delante de Jehová tu Dios, y te alegrarás tú y tu familia.
Y pasaron muchos días, y murió la hija de Súa, mujer de Judá; y Judá se consoló, y subía á los trasquiladores de sus ovejas á Timnath, él y su amigo Hira el Adullamita.
Un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
Y sacrificó Salomón por sacrificios pacíficos, los cuales ofreció á Jehová, veinte y dos mil bueyes, y ciento veinte mil ovejas. Así dedicaron el rey y todos los hijos de Israel la casa de Jehová.
Un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
Levantóse pues David de mañana, y dejando las ovejas al cuidado de un guarda, fuése con su carga, como Isaí le había mandado; y llegó al atrincheramiento del ejército, el cual había salido en ordenanza, y tocaba alarma para la pelea.
Y aconteció pasados dos años, que Absalom tenía esquiladores en Bala-hasor, que está junto á Ephraim; y convidó Absalom á todos los hijos del rey.
Un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
Tomaron sus ovejas y vacas y sus asnos, y lo que había en la ciudad y en el campo,
Y él respondió: Busco á mis hermanos: ruégote que me muestres dónde pastan.
Un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
Y sacrificó Salomón por sacrificios pacíficos, los cuales ofreció á Jehová, veinte y dos mil bueyes, y ciento veinte mil ovejas. Así dedicaron el rey y todos los hijos de Israel la casa de Jehová.
Y fué la presa, el resto de la presa que tomaron los hombres de guerra, seiscientas y setenta y cinco mil ovejas,
Asimismo, cuando alguno ofreciere sacrificio de paces á Jehová para presentar voto, ú ofreciendo voluntariamente, sea de vacas ó de ovejas, sin tacha será acepto; no ha de haber en él falta.
NO sacrificarás á Jehová tu Dios buey, ó cordero, en el cual haya falta ó alguna cosa mala: porque es abominación á Jehová tu Dios.
Las numerosas referencias de la Biblia a las ovejas ofrecen profundas percepciones en nuestra relación con Dios. Desde la imagen reconfortante del Salmo 23 de Dios como nuestro pastor, guiándonos y proveyéndonos, hasta la parábola de Jesús de la oveja perdida, destacando la búsqueda incansable de Dios de los que se extravían, estos versos pintan un cuadro vívido de cuidado y preocupación divinos. Subrayan nuestra necesidad inherente de guía, protección y redención, reflejando la dependencia de las ovejas en su pastor. Reflexionar sobre estos pasajes nos invita a examinar nuestra propia dependencia de Dios, a reconocer nuestros momentos de extravío y a abrazar el consuelo y seguridad encontrados en Su pastoreo inquebrantable. Que nosotros, como ovejas siguiendo la voz de su pastor, nos acerquemos más a Dios, confiando en Su amor y guía para una vida de propósito y paz.