Versículos bíblicos sobre Rivalidad entre Hermanos
Versículos bíblicos sobre la rivalidad entre hermanos
La rivalidad entre hermanos, una lucha humana atemporal, encuentra una profunda resonancia dentro de las páginas de la Escritura. Entender estas narrativas bíblicas ofrece una percepción invaluable en las complejidades de las relaciones familiares, las raíces de los celos y el conflicto, y el camino hacia la reconciliación y el perdón. Al examinar historias como Caín y Abel, Jacob y Esaú, y José y sus hermanos, ganamos una apreciación más profunda por la gracia de Dios, Su compromiso inquebrantable para sanar lazos rotos y el poder transformador del amor y la empatía. Estos versos sirven tanto como un espejo, reflejando nuestras propias luchas, como un faro, guiándonos hacia relaciones más saludables y cristianas con nuestros hermanos.
Versículos más útiles
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Y soñó aún otro sueño, y contólo á sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban á mí.
Y respondiéronle sus hermanos: ¿Has de reinar tú sobre nosotros, ó te has de enseñorear sobre nosotros? Y le aborrecieron aún más á causa de sus sueños y de sus palabras.
Y acaeció, morando Israel en aquella tierra, que fué Rubén y durmió con Bilha la concubina de su padre; lo cual llegó á entender Israel. Ahora bien, los hijos de Israel fueron doce:
Scripture Passages
Y soñó aún otro sueño, y contólo á sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban á mí.
Entonces él fué, y tomó, y trájolos á su madre: y su madre hizo guisados, como su padre gustaba.
Y viendo los hermanos de José que su padre era muerto, dijeron: Quizá nos aborrecerá José, y nos dará el pago de todo el mal que le hicimos.
Y entregó los guisados y el pan que había aderezado, en mano de Jacob su hijo.
Y Jacob dijo á su padre: Yo soy Esaú tu primogénito; he hecho como me dijiste: levántate ahora, y siéntate, y come de mi caza, para que me bendiga tu alma.
Y llegóse Jacob á su padre Isaac; y él le palpó, y dijo: La voz es la voz de Jacob, mas las manos, las manos de Esaú.
Venid, y vendámosle á los Ismaelitas, y no sea nuestra mano sobre él; que nuestro hermano es nuestra carne. Y sus hermanos acordaron con él.
Hasta que se aplaque la ira de tu hermano contra ti, y se olvide de lo que le has hecho: yo enviaré entonces, y te traeré de allá: ¿por qué seré privada de vosotros ambos en un día?
Y envió Jacob mensajeros delante de sí á Esaú su hermano, á la tierra de Seir, campo de Edom.
Y sus hermanos le tenían envidia, mas su padre paraba la consideración en ello.
Simeón y Leví, hermanos: armas de iniquidad sus armas.
Y estremecióse Isaac con grande estremecimiento, y dijo: ¿Quién es el que vino aquí, que cogió caza, y me trajo, y comí de todo antes que vinieses? Yo le bendije, y será bendito.
Y envió Jacob mensajeros delante de sí á Esaú su hermano, á la tierra de Seir, campo de Edom.
E Isaac dijo á Jacob: Acércate ahora, y te palparé, hijo mío, por si eres mi hijo Esaú, ó no.
Y soñó aún otro sueño, y contólo á sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban á mí.
Y viendo los hermanos de José que su padre era muerto, dijeron: Quizá nos aborrecerá José, y nos dará el pago de todo el mal que le hicimos.
Hasta que se aplaque la ira de tu hermano contra ti, y se olvide de lo que le has hecho: yo enviaré entonces, y te traeré de allá: ¿por qué seré privada de vosotros ambos en un día?
Entonces viendo José que su padre ponía la mano derecha sobre la cabeza de Ephraim, causóle esto disgusto; y asió la mano de su padre, para mudarla de sobre la cabeza de Ephraim á la cabeza de Manasés.
Y envió Jacob mensajeros delante de sí á Esaú su hermano, á la tierra de Seir, campo de Edom.
Y contólo á su padre y á sus hermanos: y su padre le reprendió, y díjole: ¿Qué sueño es este que soñaste? ¿Hemos de venir yo y tu madre, y tus hermanos, á inclinarnos á ti á tierra?
Y sucedió que, cuando llegó José á sus hermanos, ellos hicieron desnudar á José su ropa, la ropa de colores que tenía sobre sí;
Simeón y Leví, hermanos: armas de iniquidad sus armas.
Y entregó los guisados y el pan que había aderezado, en mano de Jacob su hijo.
Y salió el primero rubio, y todo él velludo como una pelliza; y llamaron su nombre Esaú.
Y Rebeca estaba oyendo, cuando hablaba Isaac á Esaú su hijo: y fuése Esaú al campo para coger la caza que había de traer.
Y estremecióse Isaac con grande estremecimiento, y dijo: ¿Quién es el que vino aquí, que cogió caza, y me trajo, y comí de todo antes que vinieses? Yo le bendije, y será bendito.
Y habló Caín á su hermano Abel: y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y le mató.
Y como Absalom lo importunase, dejó ir con él á Amnón y á todos los hijos del rey.
Entonces viendo José que su padre ponía la mano derecha sobre la cabeza de Ephraim, causóle esto disgusto; y asió la mano de su padre, para mudarla de sobre la cabeza de Ephraim á la cabeza de Manasés.
Y llegóse Jacob á su padre Isaac; y él le palpó, y dijo: La voz es la voz de Jacob, mas las manos, las manos de Esaú.
Líbrame ahora de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque le temo; no venga quizá, y me hiera la madre con los hijos.
Y respondióle Jehová: Dos gentes hay en tu seno, y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas: y el un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, y el mayor servirá al menor.
Y aborreció Esaú á Jacob por la bendición con que le había bendecido, y dijo en su corazón: Llegarán los días del luto de mi padre, y yo mataré á Jacob mi hermano.
Y respondiéronle sus hermanos: ¿Has de reinar tú sobre nosotros, ó te has de enseñorear sobre nosotros? Y le aborrecieron aún más á causa de sus sueños y de sus palabras.
Y respondiéronle sus hermanos: ¿Has de reinar tú sobre nosotros, ó te has de enseñorear sobre nosotros? Y le aborrecieron aún más á causa de sus sueños y de sus palabras.
Y soñó aún otro sueño, y contólo á sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban á mí.
La portrayal de la Biblia de la rivalidad entre hermanos, a través de historias como Caín y Abel, Jacob y Esaú, y José y sus hermanos, ofrece profundas percepciones en la condición humana. Estos versos destacan la naturaleza destructiva de los celos, la ira y el favoritismo, mientras también señalan sutilmente hacia el potencial para reconciliación, perdón y amor. En última instancia, estas narrativas no son solo cuentas históricas, sino lecciones atemporales sobre manejar el conflicto dentro de familias y comunidades. Al reflexionar sobre estos versos, podemos ganar una comprensión más profunda de nuestras propias tendencias hacia la envidia y la competencia. Que sirvan como un llamado a cultivar empatía, practicar paciencia y esforzarnos por relaciones armoniosas con nuestros hermanos y todos aquellos que consideramos familia. Elijamos construir puentes en lugar de muros, fomentando unidad y comprensión en el espíritu del amor cristiano.