Versículos bíblicos sobre Pecado
Versículos bíblicos sobre el pecado
Explorar los versos bíblicos sobre el pecado no está destinado a condenar, sino a iluminar el camino hacia la gracia y la redención. Entender el pecado, tal como se define en las Escrituras, revela la profundidad del amor de Dios y la magnitud de Su sacrificio. Al estudiar estos versos, obtenemos claridad sobre lo que nos separa de lo divino y cómo podemos esforzarnos por una vida que se alinee con Su voluntad. Este viaje a través de las Escrituras es una invitación a la auto-reflexión, al arrepentimiento y, en última instancia, a una relación más cercana con Dios, quien ofrece perdón y la promesa de un espíritu renovado, libre de las cadenas de nuestras transgresiones pasadas.
Most Helpful Verses
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Tomaron después celo contra Moisés en el campo, y contra Aarón el santo de Jehová.
Maldito el que se echare con su hermana, hija de su padre, ó hija de su madre. Y dirá todo el pueblo: Amén.
Lo que el impío teme, eso le vendrá: mas á los justos les será dado lo que desean.
Scripture Passages
Muerde la serpiente cuando no está encantada, y el lenguaraz no es mejor.
Por tanto el Santo de Israel dice así: Porque desechasteis esta palabra, y confiasteis en violencia y en iniquidad, y en ello os habéis apoyado;
No os volváis á los encantadores y á los adivinos: no los consultéis ensuciándoos con ellos: Yo Jehová vuestro Dios.
¿No ves lo que estos hacen en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalem?
Que os echaré de mi presencia como eché á todos vuestros hermanos, á toda la generación de Ephraim.
Abominación es á Jehová el camino del impío: mas él ama al que sigue justicia.
Que cuando entrareis á estas gentes que han quedado con vosotros, no hagáis mención ni juréis por el nombre de sus dioses, ni los sirváis, ni os inclinéis á ellos:
Para que inquieras mi iniquidad, y busques mi pecado,
He aquí ha tenido parto de iniquidad: concibió trabajo, y parió mentira.
Ordena mis pasos con tu palabra; y ninguna iniquidad se enseñoree de mí.
Entonces tomaron ellos la ropa de José, y degollaron un cabrito de las cabras, y tiñeron la ropa con la sangre;
Con todo eso Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole á padecimiento. Cuando hubiere puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.
Y encendióse el fuego en su junta; la llama quemó los impíos.
Un macho cabrío para expiación;
Y David dijo á Jehová, cuando vió al ángel que hería al pueblo: Yo pequé, yo hice la maldad: ¿qué hicieron estas ovejas? Ruégote que tu mano se torne contra mí, y contra la casa de mi padre.
No seas demasiado justo, ni seas sabio con exceso: ¿por qué te destruirás?
La insensatez del hombre tuerce su camino; y contra Jehová se aira su corazón.
Y el furor de Jehová se encendió en Israel, é hízolos andar errantes cuarenta años por el desierto, hasta que fué acabada toda aquella generación, que había hecho mal delante de Jehová.
Abrióse la tierra, y tragó á Dathán, y cubrió la compañía de Abiram.
Porque te confiaste en tu maldad, diciendo: Nadie me ve. Tu sabiduría y tu misma ciencia te engañaron, y dijiste en tu corazón: Yo, y no más.
Y él hará tornar sobre ellos su iniquidad, y los destruirá por su propia maldad; los talará Jehová nuestro Dios.
No codicies su hermosura en tu corazón, ni ella te prenda con sus ojos:
No serás contado con ellos en la sepultura: porque tú destruiste tu tierra, mataste tu pueblo. No será nombrada para siempre la simiente de los malignos.
Porque dos males ha hecho mi pueblo: dejáronme á mí, fuente de agua viva, por cavar para sí cisternas, cisternas rotas que no detienen aguas.
Llena está su boca de maldición, y de engaños y fraude: debajo de su lengua, vejación y maldad.
No, hijos míos; porque no es buena fama la que yo oigo: que hacéis pecar al pueblo de Jehová.
Si no se convirtiere, él afilará su espada: armado tiene ya su arco, y lo ha preparado.
¿Por qué porfías conmigo? Todos vosotros prevaricasteis contra mí, dice Jehová.
El que en integridad camina, será salvo; mas el de perversos caminos caerá en alguno.
Mas tú, oh Dios, harás descender aquéllos al pozo de la sepultura: los hombres sanguinarios y engañadores no demediarán sus días: empero yo confiaré en ti.
No dirá el morador: Estoy enfermo: el pueblo que morare en ella será absuelto de pecado.
Entonces Faraón hizo llamar apriesa á Moisés y á Aarón, y dijo: He pecado contra Jehová vuestro Dios, y contra vosotros.
Hay generación que maldice á su padre, y á su madre no bendice.
Tu camino y tus obras te hicieron esto, ésta tu maldad: por lo cual amargura penetrará hasta tu corazón.
Para que todo Israel oiga, y tema, y no tornen á hacer cosa semejante á esta mala cosa en medio de ti.
Y su concubina adulteró contra él, y fuese de él á casa de su padre, á Beth-lehem de Judá, y estuvo allá por tiempo de cuatro meses.
Entonces edificó Salomón un alto á Chêmos, abominación de Moab, en el monte que está enfrente de Jerusalem; y á Moloch, abominación de los hijos de Ammón.
Mejor es la sabiduría que las armas de guerra; mas un pecador destruye mucho bien.
Entonces Balaam dijo al ángel de Jehová: He pecado, que no sabía que tú te ponías delante de mí en el camino: mas ahora, si te parece mal, yo me volveré.
O si tocare á hombre inmundo en cualquiera inmundicia suya de que es inmundo, y no lo echare de ver; si después llega á saberlo, será culpable.
La representación multifacética del pecado en la Biblia, iluminada por estos versos, subraya su naturaleza omnipresente y sus consecuencias devastadoras. Desde las transgresiones personales que fracturan relaciones hasta las injusticias sistémicas que oprimen comunidades, el pecado se manifiesta en innumerables formas. Sin embargo, estas Escrituras también ofrecen un faro de esperanza. Revelan a un Dios que no solo es justo en Su condena del pecado, sino también misericordioso en Su provisión de perdón a través de Jesucristo. La reflexión sobre estos versos no debería llevar al desaliento, sino a una comprensión más profunda de nuestra necesidad de gracia y un compromiso renovado para perseguir la rectitud. Que inspiren la introspección, el arrepentimiento y un esfuerzo consciente por alinear nuestras vidas con la voluntad de Dios, reconociendo que a través de la fe y la obediencia, podemos superar el poder del pecado y experimentar la libertad transformadora que Él ofrece.