Versículos bíblicos sobre Fuerza
Versículos bíblicos sobre Fuerza
La Biblia ofrece una comprensión profunda de la fuerza, no meramente como destreza física, sino como una resiliencia interior arraigada en la fe y la dependencia de Dios. Explorar estos versículos revela que la verdadera fuerza no se trata de autosuficiencia, sino de extraer poder de una fuente divina. La Escritura ilumina cómo Dios nos empodera para superar desafíos, perseverar a través de pruebas y vivir con coraje y propósito. Al estudiar estos pasajes, descubrimos que la vulnerabilidad, la humildad y la confianza inquebrantable en Dios son los caminos para acceder a una fuerza que trasciende nuestras limitaciones humanas, permitiéndonos navegar las complejidades de la vida con gracia y fortaleza.
Most Helpful Verses
Begin your study with these carefully selected passages
Y entonces se mostrará la señal del Hijo del hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del hombre que vendrá sobre las nubes del cielo, con grande poder y gloria.
Entonces vino á sus discípulos y díceles: Dormid ya, y descansad: he aquí ha llegado la hora, y el Hijo del hombre es entregado en manos de pecadores.
Oh Israel, confía en Jehová: él es su ayuda y su escudo.
Scripture Passages
Porque yo se que Jehová es grande, y el Señor nuestro, mayor que todos los dioses.
También sobre su cama es castigado con dolor fuerte en todos sus huesos,
Oid, sabios, mis palabras; y vosotros, doctos, estadme atentos.
Todos los que están conmigo te saludan. Saluda á los que nos aman en la fe. La gracia sea con todos vosotros. Amén. A Tito, el cual fué el primer obispo ordenado á la iglesia de los Cretenses, escrita de Nicópolis de Macedonia.
Gracia á vosotros y paz de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
Y dijo David á Abisai y á todos sus siervos: He aquí, mi hijo que ha salido de mis entrañas, acecha á mi vida: ¿cuánto más ahora un hijo de Benjamín? Dejadle que maldiga, que Jehová se lo ha dicho.
Entonces salió Lot, y habló á sus yernos, los que habían de tomar sus hijas, y les dijo: Levantaos, salid de este lugar; porque Jehová va á destruir esta ciudad. Mas pareció á sus yernos como que se burlaba.
¿No tenemos potestad de traer con nosotros una hermana mujer también como los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas?
¿O sólo yo y Bernabé no tenemos potestad de no trabajar?
Y tornarán los oficiales á hablar al pueblo, y dirán: ¿Quién es hombre medroso y tierno de corazón? Vaya, y vuélvase á su casa, y no apoque el corazón de sus hermanos, como su corazón.
Reprime la reunión de gentes armadas, la multitud de toros con los becerros de los pueblos, hasta que todos se sometan con sus piezas de plata: disipa los pueblos que se complacen en la guerra.
Y dijeron á Josué: Jehová ha entregado toda la tierra en nuestras manos; y también todos los moradores del país están desmayados delante de nosotros.
De manera que exhortamos á Tito, que como comenzó antes, así también acabe esta gracia entre vosotros también.
Y en la ley Moisés nos mandó apedrear á las tales: tú pues, ¿qué dices?
Entonces los Fariseos le dijeron: Tú de ti mismo das testimonio: tu testimonio no es verdadero.
Estos fueron capitanes del ejército de los hijos de Gad. El menor tenía cargo de cien hombres, y el mayor de mil.
Y haré talar sus vides y sus higueras, de que ha dicho: Mi salario me son, que me han dado mis amantes. Y reducirélas á un matorral, y las comerán las bestias del campo.
Oh Dios, oye mi oración; escucha las razones de mi boca.
ESCUCHA, oh Dios, mi oración, y no te escondas de mi súplica.
Si tu pueblo saliere en batalla contra sus enemigos por el camino que tú los enviares, y oraren á Jehová hacia la ciudad que tú elegiste, y hacia la casa que yo edifiqué á tu nombre,
No temas, que yo soy contigo; no desmayes, que yo soy tu Dios que te esfuerzo: siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
Y miré y no había quien ayudara, y maravilléme que no hubiera quien sustentase: y salvóme mi brazo, y sostúvome mi ira.
No tuve reposo en mi espíritu, por no haber hallado á Tito mi hermano: así, despidiéndome de ellos, partí para Macedonia.
RESIGNADAMENTE esperé á Jehová, é inclinóse á mí, y oyó mi clamor.
Y si el que santificó la tierra quisiere redimirla, añadirá á tu estimación el quinto del dinero de ella, y quedaráse para él.
Acordéme, oh Jehová, de tus juicios antiguos, y consoléme.
Por fortaleza te he puesto en mi pueblo, por torre: conocerás pues, y examinarás el camino de ellos.
No consentirás con él, ni le darás oído; ni tu ojo le perdonará, ni tendrás compasión, ni lo encubrirás:
Esfuérzate, y esforcémonos por nuestro pueblo, y por las ciudades de nuestro Dios; y haga Jehová lo que bien le pareciere.
Y los hijos de Gad y los hijos de Rubén respondieron, diciendo: Haremos lo que Jehová ha dicho á tus siervos.
Volvió la mar en seco; por el río pasaron á pie; allí en él nos alegramos.
Y luego vino Cusi, y dijo: Reciba nueva mi señor el rey, que hoy Jehová ha defendido tu causa de la mano de todos los que se habían levantado contra ti.
Tal será el conocimiento de la sabiduría á tu alma: si la hallares tendrá recompensa, y al fin tu esperanza no será cortada.
Y Abraham y Sara eran viejos, entrados en días: á Sara había cesado ya la costumbre de las mujeres.
Y los entregará Jehová delante de vosotros, y haréis con ellos conforme á todo lo que os he mandado.
Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos: que Jehová tu Dios es el que va contigo: no te dejará ni te desamparará.
Al que hirió á Egipto en sus primogénitos, porque para siempre es su misericordia.
Jehová lo guarde, y le dé vida: sea bienaventurado en la tierra, y no lo entregues á la voluntad de sus enemigos.
Y si el justo con dificultad se salva, ¿á dónde aparecerá el infiel y el pecador?
Y Jehová tu Dios echará á estas gentes de delante de ti poco á poco: no las podrás acabar luego, porque las bestias del campo no se aumenten contra ti.
La Biblia, rica en sabiduría atemporal, apunta consistentemente a Dios como la fuente ultimate de fuerza, no solo en el poder físico sino también en la fe inquebrantable, la resiliencia y la paz interior. Los versículos explorados aquí revelan que esta fuerza no es autogenerada sino divinamente concedida a aquellos que confían en Él. Ya sea enfrentando adversidades, navegando incertidumbres o buscando coraje para vivir rectamente, estas escrituras ofrecen consuelo y empoderamiento, recordándonos que nunca estamos solos en nuestras luchas. Reflexionar sobre estas promesas debería animarnos a buscar activamente la fuerza de Dios a través de la oración, la meditación y la obediencia. Al rendir nuestras debilidades a su poder, podemos superar desafíos, vivir audazmente en nuestra fe y convertirnos en vasos de su fuerza para los demás, reflejando ultimately su gloria en todo lo que hacemos.